Cada tanto tiempo un viejo dicho (seas o no creyente) nos recuerda que ”el hombre propone y Dios dispone” y suele ocurrir que las cosas se dan de tal forma que el dicho se convierte en realidad y te da un sacudón que te deja tendido sin darte ni pedirte explicaciones.
Algo de eso le ocurrió a esta columnista que hoy está “por la vuelta” y compartiendo algo que en el medio del sacudón le llegó en forma de árbol cuya sombra cobijó al prócer oriental en los largos años vividos en la República del Paraguay. Y en la noche del 4 de octubre, al Dr. Roberto Canessa, al Maestro Oscar W. Tabárez y a quien escribe, les fue otorgado el reconocimiento “Ibirapitá del Leonismo Uruguayo” algo que hoy, desde esta columna, es posible agradecer.
Entre tanto la propaganda pre- electoral fue creciendo, aumentando en su frecuencia oral, televisiva, gráfica y también en su virulencia. “Con o sin miedo” los mensajeros son portadores de mensajes que, a una, con tantas elecciones entre “pecho y espalda”, no dejan de sorprenderla y la envuelven en una suerte de desesperanza que crece día a día. Y en el medio aparecen dos mujeres: Intendenta una, artista la otra contratada esta última por la primera para actuar en su departamento (Lavalleja). La cantante a quien yo confundí con una reina de belleza de un país andino (Miss Bolivia) hizo declaraciones (más bien las gritó a loa cuatro vientos) que no cayeron nada bien a la Intendenta y su entorno político.
La señora Peña (Intendenta) declaró, entre otras cosas, que la contrató porque le pareció “barata”. Caramba doña Adriana el talento no es barato ni caro: es talento y no se puede medir la capacidad artística en el rubro que sea por una cantidad de dólares. Pero, siguiendo con su estilo “su” “Miss Bolivia” es (fue) carísima porque tal vez para usted no, pero para cualquiera de sus compatriotas, de sus vecinos de Lavalleja CINCO MIL DÓLARES es mucha plata, mucho dinerillo y si se trata de gente del arte de nuestro amado país, la cifra se multiplica.
Está casi llegando a su fin, para mí, este lunes 14 y detengo la tarea: las imágenes tan dolorosas y al mismo tiempo esperanzadoras del homenaje a Gerardo Bleir me recuerdan, una vez más, que la lucha nunca es en vano. Hasta la próxima. Que seas feliz.