Cabildo Abierto se transformó en un problema para Lacalle Pou, con tres nuevos jerarcas cesados y dirigentes apartándose de la disciplina partidaria y criticando al gobierno como si no lo integraran. En ese contexto, Manini Ríos apoyó la remoción de sus propios correligionarios, intentando mantener el frágil equilibrio de una coalición vulnerable.
El propio militar jaqueó al mandatario incumpliendo su promesa de comparecer ante la Justicia, forzando al conglomerado derechista a rechazar el pedido de desafuero, fustigó a magistrados que procesaron represores de la dictadura y votó en la Cámara de Representantes, con mayoría otorgada por el Frente Amplio, un proyecto de ley que limita la expansión de la industria forestal. Esa actitud le generó críticas, por los intereses de referentes blancos y colorados en dicho negocio, entre ellos la familia presidencial.
Por supuesto, Manini ha intentando marcar agenda, cuestionando la ortodoxia del equipo económico y su magro apoyo a pequeñas y medianas empresas
Cabildo Abierto reafirma, cuando puede, su identidad y relativa independencia, porque el ex comandante tiene aspiraciones presidenciales y su mirada ultra-nacionalista colisiona con la impronta neoliberal del herrerismo.
Empero, lo más grave son los tres jerarcas de CA cesados por declaraciones destempladas y en algunos casos ácidamente críticas hacia el gobierno.
La reciente remoción del vocal de ASSE Enrique Montagno uno de los fundadores de CA, confirma que la tropa no acata el verticalismo impuesto por su general.
A ello se suman prácticas de clientelismo de la fuerza política, que cuestionan la presunta ética pregonada por Manini Ríos.
El jerarca fue removido de su cargo al conocerse la grabación de una conversación privada con un ex integrante de la colectividad.
En ese registro, Monagno fustiga ácidamente al gobierno, afirmando que “la pandemia lo salvó. De lo contrario, hoy esto estaba prendido fuego. Ahora pasa y esto se incendia, porque la desocupación va a ser mayor y porque la política del gobierno es un culo”. Además, pronosticó la ruptura de la coalición.
También cuestionó al Partido Nacional, calificándolos de “reverendos hijos de puta. Nos cagaron los cargos y nos jodieron a nosotros y al Partido Colorado”.
Es imposible no coincidir con el ex jerarca, ya que la situación sanitaria claramente blindó a la administración Lacalle, quien responsabilizó a la pandemia y al gobierno anterior de la crisis. Estas excusas, sumadas a la complicidad de los obsecuentes propietarios de los medios masivos de difusión, le permiten mantener un alto nivel de aprobación.
Empero, tal vez lo más grave fue su revelación de haber metido a dedo a 135 correligionarios en ASSE, lo cual salpica al apócrifo discurso pontificador de Manini Ríos, quien pretendió desmentir lo indesmentible.
Las medidas tomadas por ASSE anulando algunos contratos no minimizan la dimensión del escándalo. En ese marco, el senador cabildante Raúl Lozano acusó al presidente del organismo de “caza de brujas”.
Incluso, intentó apagar el incendio acusando al Frente Amplio de “hipocresía” por sumar 70.000 nuevos empleados públicos durante sus gobiernos.
Bien se sabe que muchos de esos supuestos ingresos fueron regularizaciones de contratos precarios y otros, cubiertos por concurso, corresponden a personal de la educación, la salud y la Policía.
En este gobierno son numerosas las denuncias de acomodos. Luego de 15 años de ingresos al Estado ajustados a derecho, vuelven a entrar funcionarios por la ventana, como siempre sucedió durante las administraciones derechistas.
A esta nueva pulga en la oreja de Cabildo Abierto se suman los ceses de Gastón Bianchi, quien no llegó a asumir en la ANP por sus críticas a jerarcas gubernamentales y de Fernando Silva en ASSE, también por declaraciones destempladas.
Este es el alto precio que tuvo que pagar Lacalle para llegar a la presidencia con apenas un 29% de votación en octubre de 2019. Su única alternativa es seguir surfeando la ola para no caer y desnucarse.
POR MÁS PERIODISMO, APOYÁ VOCES
Nunca negamos nuestra línea editorial, pero tenemos un dogma: la absoluta amplitud para publicar a todos los que piensan diferente. Mantuvimos la independencia de partidos o gobiernos y nunca respondimos a intereses corporativos de ningún tipo de ideología. Hablemos claro, como siempre: necesitamos ayuda para sobrevivir.
Todas las semanas imprimimos 2500 ejemplares y vamos colgando en nuestra web todas las notas que son de libre acceso sin límite. Decenas de miles, nos leen en forma digital cada semana. No vamos a hacer suscripciones ni restringir nuestros contenidos.
Pensamos que el periodismo igual que la libertad, debe ser libre. Y es por eso que lanzamos una campaña de apoyo financiero y esperamos tu aporte solidario.
Si alguna vez te hicimos pensar con una nota, apoyá a VOCES.
Si muchas veces te enojaste con una opinión, apoyá a VOCES.
Si en alguna ocasión te encantó una entrevista, apoyá a VOCES.
Si encontraste algo novedoso en nuestras páginas, apoyá a VOCES
Si creés que la información confiable y el debate de ideas son fundamentales para tener una democracia plena, contá con VOCES.
Sin ti, no es posible el periodismo independiente; contamos contigo.
Conozca aquí las opciones de apoyo.
