Una remontada histórica por Cristina Morán
Según el diccionario de la Real Academia, “remontada” refiere a la “superación de un resultado o de una posición adversos”. Y seas del color que seas, más allá de tu forma de pensar y de obrar, en el día del balotaje fuiste testigo y/o protagonista (como te guste más) de, exactamente, lo que dice el título de esta columna: una remontada histórica. En todas las elecciones vividas, por fuera y por dentro (estas últimas como trabajadora de los medios de comunicación y date cuenta que con los años que tengo fueron muchas), no recuerdo algo que se le acerque. Dejando de lado aquella de la que todos hoy hablan, o sea las del año 1994, acepto traigas el recuerdo de los comicios en que nos dormimos con el triunfo de los colorados y nos despertamos con el festejo de los blancos, pero esta vez no llegamos ni siquiera a estar cerca de aquello por la sencilla razón de que no nos adelantamos y como corresponde, esperamos el único resultado válido: el que nos haga saber la Corte Electoral. Seguí toda la transmisión, del comienzo al fin. Vi a los candidatos cuando llegaron a sus sedes y los vi cuando “reaparecieron” y digo esto, porque luego del sacudón que les provocó el 48.2 declarando un “empate técnico” los candidatos literalmente se “borraron” de cámaras y micrófonos y luego de una larga y paciente espera, escuché el discurso de los dos: un Daniel eufórico como nunca tal vez teniendo “en su mente “ de todas partes vienen los orientales sangre y coraje” y un Luis con entusiasmo escuchando a sus votantes coreando “presidente, presidente” y el respondiendo con un “lo dicen ustedes, no yo”, aunque contándoles muy feliz que Tabaré Vázquez lo había llamado, pero no así Daniel Martínez. Le cuento Luis, (aunque no le importe nada) que de ser yo, tampoco lo hubiera hecho, porque al hacerlo habría pasado por encima de la Corte Electoral que ya había anunciado que los resultados del acto cívico que los mostró a ustedes en un “empate técnico” los hará saber el viernes y eso realmente hubiera sido, si no censurable, criticable. Así que a los dos solo les resta aguardar ese resultado en calma, recuperando fuerzas porque les espera un largo camino. Sobre lo demás, (video de Manini Ríos, comunicado del Centro Militar y la aparición de un nuevo y siniestro personaje portador de agresiones verbales y amenazas de muerte dichas con total impunidad y falta de respeto) seguramente se ocuparán otros columnistas con más autoridad y experiencia. Solo en este generoso y democrático país un individuo de esos puede insultar al presidente tal como lo hace buscando intimidar a sus ciudadanos con la mención a un pasado reciente que no se olvida.
“No hay más huella canejo, que la de Artigas
Y júgate el pellejo cuando lo digas”.
Zitarrosa
Hasta la próxima. Que seas feliz.
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