Pude seguir buena parte de la interpelación a los Ministros de Interior y Relaciones Exteriores.
Vi buenas intenciones y la valoración de algunos aspectos muy positivos, donde se mostraron fortalezas que tiene el país, para enfrentar el narcotráfico. Nuestra clase política no está contaminada. Otros sectores de la sociedad, Fuerzas Armadas, Poder Judicial, tampoco.
Sin embargo, dos verdades quedaron fuera de toda consideración. El Poder Político, en su conjunto no tiene una respuesta eficaz. Lo otro, el Uruguay no va a poder enfrentar en su territorio con éxito el problema sino existen soluciones en la sociedad global.
Ha llegado la hora de que la coalición de gobierno admita el fracaso. Que el Frente Amplio también. Todo el sistema debe buscar políticas de estado en la materia. Eso de que tenemos un mercado limitado. Que no somos productores. Que somos solo un territorio de paso, ya lo sabemos, pero el hecho es que el narcotráfico necesita y está obteniendo una presencia que va a ser cada vez más fuerte. Como país, se puede intentar limitar ese proceso, pero de cualquier forma va a suponer un esfuerzo a la sociedad importante.
Uruguay no acepta, no admite, y el mundo tampoco, que la represión no ha dado resultados. Que lo único que hizo, desde que Naciones Unidas y el gobierno americano, desde la administración Nixon en adelante empezaron a reprimir, fue crear un problema que no existía. Que si Estados Unidos, con su desarrollo tecnológico y medios económicos que no disponemos, no ha podido, nosotros tenemos menos posibilidades aún.
El tema estuvo limitado por cierto tiempo, en medio de una gran injusticia. Colombia ponía los muertos, Estados Unidos obligaba a esa sociedad a asumir el costo, y el mundo miraba para otro lado. Pero ahora el proceso se agravo, se fue expandiendo, y llego también al Uruguay. Van dos Presidentes de Colombia que asumieron el hecho. Petro y Santos, que dicen sin reparos que esto no tiene solución a través de la represión. Y otros ex Presidentes, con César Gaviria a la cabeza, que también lo manifiestan y actúan en consecuencia.
Así como es bueno señalar, en este rincón del mundo, que es Uruguay, las fortalezas institucionales y morales que tenemos (una convivencia política democrática madura, reservas anímicas e intelectuales) y justamente por ellas, hay que dar vuelta la página. Y aceptar unos y otros que hemos fracasado y vamos a seguir fracasando. Que debemos intentar limitar los daños que el narcotráfico van a provocar, crear consenso a terminar a nivel que en la sociedad global esta política represiva no lleva ningún lado y, como se dice en lenguaje popular, aguantar el chaparrón lo mejor que se pueda. No hay otro camino. No hay solución fácil. Es el momento de asumir los hechos.
Uruguay no tiene por sí mismo como llegar a soluciones. Pero puede aportar si lo hace con inteligencia a buscar caminos mejores en la región y el mundo. Claro que cuando se tiene vecinos con los índices de corrupción en el sistema político como los que se registran en Argentina, Brasil y Paraguay las cosas son peores aún.
Todo muy lindo, pero si el sistema político no acepta su fracaso, y deja de ser este un territorio de contienda y enfrentamiento partidario todo será peor. A partir de ahí, de ese estado de opinión, se podrá construir. De lo contrario, los fracasos del pasado y del presente, no solo se van a repetir, sino que serán cada vez más dramáticos para nuestra sociedad.
Tiempos vendrán en que esos jueces y fiscales que hoy valoramos y señalamos como ejemplo, paguen con sus vidas esa acción ejemplar. Que los sectores no contaminados de la policía, la casi totalidad de la fuerza sin duda, pueden llegar a bajar los brazos. Que las Fuerzas Armadas, como viene ocurriendo en casi todos los sitios del mundo, tendrán que asumir. Y entones vendrán las bajas y las deserciones morales. Porque somos un ejemplo, pero no somos una excepción. Esto es lo que ha ocurrido en todos lados. En todos lados hay gente incorruptible que termino sufriendo.
Es el momento que el sistema político se una para desarrollar políticas de estado. Y que se prepare para lo que vendrá. Nada bueno por cierto. Es triste asumirlo pero es la realidad.
POR MÁS PERIODISMO, APOYÁ VOCES
Nunca negamos nuestra línea editorial, pero tenemos un dogma: la absoluta amplitud para publicar a todos los que piensan diferente. Mantuvimos la independencia de partidos o gobiernos y nunca respondimos a intereses corporativos de ningún tipo de ideología. Hablemos claro, como siempre: necesitamos ayuda para sobrevivir.
Todas las semanas imprimimos 2500 ejemplares y vamos colgando en nuestra web todas las notas que son de libre acceso sin límite. Decenas de miles, nos leen en forma digital cada semana. No vamos a hacer suscripciones ni restringir nuestros contenidos.
Pensamos que el periodismo igual que la libertad, debe ser libre. Y es por eso que lanzamos una campaña de apoyo financiero y esperamos tu aporte solidario.
Si alguna vez te hicimos pensar con una nota, apoyá a VOCES.
Si muchas veces te enojaste con una opinión, apoyá a VOCES.
Si en alguna ocasión te encantó una entrevista, apoyá a VOCES.
Si encontraste algo novedoso en nuestras páginas, apoyá a VOCES
Si creés que la información confiable y el debate de ideas son fundamentales para tener una democracia plena, contá con VOCES.
Sin ti, no es posible el periodismo independiente; contamos contigo.
Conozca aquí las opciones de apoyo.