“Y ahí está…ahí está…” por Cristina Morán
Sí, ahí está: no la Puerta de Alcalá sino el Antel Arena que a partir del lunes 12 también está “viendo pasar el tiempo” pero no en quietud como la famosa puerta, sino en plena actividad.
Las historias parecen correr en forma paralela. Caí en la cuenta escuchando al ex presidente Julio María Sanguinetti cuando lo consultaron sobre el recién inaugurado llamado “buque insignia” de la Ministra Carolina Cosse. Porque el doctor Sanguinetti nos trajo el recuerdo de la Torre de las Telecomunicaciones, una idea muy discutida, muy zarandeada, de quien entonces era Presidente de Antel, Ricardo Lombardo. El ex y hoy posible candidato, nos recordó que esa torre era “para las oficinas de Antel” pero yo recuerdo que estaba todo pensado para reactivar esa zona, digamos “agonizante”, a través del plan Fénix que no quedó agonizante, sino que, literalmente, murió. Y el barrio o la zona permanecen exactamente igual: horribles. Ni el proyecto de Carlos Ott (sin llamado a concurso) los salva a pesar que en su momento el entonces presidente Sanguinetti afirmó que el objetivo era “darle identidad arquitectónica a Montevideo y albergar las oficinas de Antel y como es claro y notorio, quedó en eso: oficinas de Antel. Lo de la identidad arquitectónica, quedó en el debe.
Conocí solo el último piso, donde funcionan la presidencia, las oficinas del o la vice y las secretarias, cuando concurrí a lo que fue una entrevista frustrada. Eso sí: con una vista fantástica del Oeste de Montevideo, ese Oeste siempre tan olvidado. Del resto, no sé nada. Ah, sí, la recepción.
Las dos construcciones son como hermanas “separadas al nacer” porque la Torre (desde ahora la llamaremos solo así) fue estrenada por Sanguinetti un par de años antes de su inauguración (lo que ocurrió en el gobierno de Jorge Batlle) y solo con su planta baja habilitada. El Antel Arena (desde ahora lo llamaremos solo Arena) se puso en marcha y colmó sus instalaciones cuando aún no estaba terminado, pero por lo que pudimos ver se trataba de tareas que no perjudicaban ni al público, ni a los artistas.
Hace quince años la construcción de la Torre levantó polvareda y mucha, tal cual sucede hoy con Arena. Los mismos argumentos: con ese dinero podrían hacerse (y enumeran obras que tal vez ni siquiera alguna vez pensaron), “utilizar ese dinero para un auténtico beneficio del país” o el gobierno debería poner el acceso a medicamentos de alto costo por encima de la construcción del Antel Arena. Lo cierto es que Arena está ahí, es una realidad a la que pueden acceder todos los uruguayos, que tuvo interrupciones, que hubo intervención del Tribunal de cuentas, que costó el doble de lo anunciado, pero, al igual que la Puerta de Alcalá, ahí está…ahí está. Ah, casi…casi olvido mencionar algo que en sus declaraciones olvidó el Dr. Sanguinetti: el costo de las obras: el Arena tuvo un costo (no sé si aproximado o real) de 80 millones de dólares cuando se había dicho 40. Y la Torre costó 102 millones 281.967.92 (de dólares, claro), el doble de lo que se había anunciado y estuvo mucho tiempo parada. Estas “hermanas separadas al nacer” estuvieron por correr la misma suerte: venderlas. Otra vez estoy pasada de espacio. Por último: tanto el ex como el actual presidente, en este tema, manejaron la ironía como pocas veces lo han hecho. Casi como “hermanos…separados al nacer”. Hasta la próxima. Que seas feliz.
Fuente: El Observador, Internet y un poquito de mi memoria.
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