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Los dictadores no mejoran por Ruben H. Díaz

Los dictadores no mejoran por Ruben H. Díaz
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Cuando comienzo a escribir esta nota, veo que ABC de Madrid titula, los dictadores no mejoran. Cuenta que el que le toca a China se hizo elegir por tercera vez. Dice que va rumbo a la reelección vitalicia y se dedicara a perseguir opositores y purgar a asesores vinculados a Rusia. Señalar que la guerra de Ucrania los separo. Por fin un efecto positivo de esa contienda. Era hora.
Hace días vengo pensando cómo hacer una nota que destaque la diferencia entre Estados Unidos y Rusia en estos tiempos. Y pienso que lo mejor es señalar que Estados Unidos, a pesar de sus pesares, a pesar de Trump y muchos otros errores y horrores, mira el cielo. Y por eso se preocupa y logra por primera vez desviar un asteroide. Que es, en definitiva, lo principal que debería interesarnos en estos tiempos. Ver como es posible protegernos de las agresiones que pueden venir del espacio, capaces de terminarnos a nosotros, como hace millones de años sucedió con los dinosaurios. Lo otro es seguir procurando salir del planeta, conocer e instalarnos en el sistema solar y, algún día, se verá, incluso trascenderlo.
Mientras tanto, esta claro que las dictaduras, como siempre, siguen mirando el piso. Disputan por territorio. Se empiezan a enfrentar porque Ucrania es un mal ejemplo para que los chinos puedan quedarse de nuevo por Taiwán. Y que hacer con los estados nacionales, una forma institucional que tarde o temprano va a perimir, como otras que hubo a lo largo de la historia.
Estamos en tiempo de confrontaciones entre nosotros. Parece que todo sigue siendo igual, y resulta que también todo es diferente a la vez. En esta confrontación, Rusia y China no tienen tiempo. Por una razón sencilla. Sus regímenes son incapaces de lograr la victoria a largo plazo. Cuando no hay libertad, no hay capitalismo. Y cuando no hay capitalismo no hay desarrollo, y la sociedad no resiste la opresión por siempre.
Los dictadores están volviendo a los tiempos de Stalin y Mao. Les fue mal, porque no aceptaron el desafío nuclear y sus regímenes cayeron por su propio peso. Sin agresión exterior. Si será parecido todo esto, que se encuentran en ese dilema. Mientras sus sistemas, que son como entonces sin espacio para la libertad empiezan a hacer agua. China pierde el portentoso desarrollo y crecimiento económico, por el cual hoy compite en el mundo la hegemonía de Estados Unidos. Rusia, al igual que los zares, se queda sin ejército, porque la gente parece que no acepta convertirse en un instrumento del imperialismo territorial.
Putin, bueno es reconocerlo, un siglo atrás hubiera sido un gran estadista. Tiene todo. Lo que no entendió es que estamos en el veintiuno y no en el veinte. Su eficiencia en reconstruir la gran Rusia, como lo hizo Stalin, no se discute. Churchill se divertía en Yalta y Potsdam recordándole que sus pretensiones eran las mismas que la de los zares. La forma de zanahoria y garrote con que trata a las nacionalidades que resurgieron cuando se desfondó el régimen soviético, son excelentes y claras. Pero la cosa cambio y eso no lo entiende. En realidad, el periodo que va desde ese momento hasta el actual, bien puede caracterizarse por el salto cualitativo que dio la sociedad, o por el periodo en que la civilización comprendió que la confrontación no tenia sentido y lo importante era trascender nuestro planeta.
Si por casualidad los dictadores, que como dice el titulo de ABC, no mejoran, y pasan a empeorar, nosotros y ellos sabemos cómo termina la historia. Eso puede ocurrir. El suicidio existe. Y el suicidio colectivo al que nos pueden llevar también.
Mientras tanto, es necesario hacer los mandados. Tener éxito en la guerra convencional. Armamento disuasivo para enfrentar el chantaje. Ver si podemos evitar que los asteroides tengan menos suerte con nosotros que con los dinosaurios. Seguir la epopeya del espacio. Por sobre todas las cosas ver los errores que se cometieron. Yo comparto lo que dice afirma Roca Barea sobre la Imperofobia. Aunque ello lo dice al principio de su libro (todavía no leí el ultimo, lo espero con ansiedad) y termina sosteniendo, aunque que el único bueno por siempre es el español. Creo que todos los imperios son buenos. Consolidan los progresos científicos y de vida que se logran y los llevan a la practica diaria. Pero estos realmente se gestan en los tiempos de revoluciones y cambios.
No toda la culpa la tiene Trump. Obama algún día tendrá que explicar, aunque si lo intentara será imposible que disimule el error, porque paro el desarrollo espacial para dedicar más recursos a la inversión social. Una estupidez de ese tipo no tiene perdón. Perdimos cuarenta años en volver a la luna.
Los dictadores no mejoran. Pero no está bien que tengan que existir para que el mundo vuelva a la investigación y desarrollo en el espacio. Ahora se agrega un nuevo actor. Que no confronta entre estados. Como ocurrió para que fuera posible llegar a la luna. Ese nuevo actor es el capitalismo. Ya se acepta que es posible que el hombre llegue primero a marte por la acción de la empresa privada. Eso ya es aceptado hasta por la NASA y será bueno meditar sobre este trascendente asunto.
No estaría mal, me parece al menos a mí, que a Marte lleguemos por el desarrollo en todos los aspectos, materiales e intelectuales. Y no mirando al piso, como hacen los dictadores, para seguir conquistando la tierra. No tendría sentido que la confrontación nuclear, se sustituyera por la confrontación espacial. Sobre eso hemos pensado poco. Pero ya vendrá el momento de hacerlo. El punto es si ese logro será de los estados o de la inteligencia que estamos creando.

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