¿Avances o retrocesos? por Ignacio Martínez

Esta es una pregunta imprescindible a más de dos años de gobierno multicolor. Veamos. ¿Aquellos 100 mil habitantes de nuestro país que se sumergieron debajo de la línea de pobreza en el primer año de gobierno, ha disminuido? No. ¿La indigencia se redujo? No. ¿Aumentaron los salarios y las jubilaciones? No, por el contrario, se han mantenido siempre sometidos a la inflación, a la carestía que agobia al hogar del trabajador o la trabajadora perdiendo relevante poder de compra.

¿Han aumentado las inversiones en Educación, en Salud, en Vivienda, en Investigación? Por el contrario, se han reducido y hoy tenemos como resultado

-clases excesivamente numerosas en los subsistemas

-cursos que no se han podido abrir

-maestros y profesores que han visto reducidos sus salarios por la eliminación de doble turno u otros beneficios para docentes y alumnado.

-dificultades en los medicamentos y en las horas de atención de especialistas y visible deterioro del Sistema Nacional Integrado

-la vivienda no se ha incrementado ni se ha contemplado la demanda de FUCVAM de reducir al 2% la amortización y la vedette ha sido la presentación al público de insuficientes y precarias casitas de madera que ni cabañas se podrían llamar. Las famosas 50 mil viviendas de la Ministra Moreira, sigue en el mundo de los espejismos que genera el relato fabulador.

¿Han aumentado los servicios del MIDES? Muy por el contrario, se han disminuido y en algunos casos definitivamente eliminado. El informe realizado por el Observatorio de Derechos de la Niñez y la Adolescencia que daba cuenta que de cada 1000 residentes en el país 116 no contaban con el ingreso económico mínimo para cubrir las necesidades alimentarias y no alimentarias”, lo cual implicó un aumento de la pobreza de 8,8% a 11,6%, estimándose en 408.080 las personas afectadas, de las cuales 176.375 son niñas y niños. Eso no se ha revertido y sospechamos que ha ido aumentando.

-Hay más gente durmiendo en la calle

-Hay más gente en los semáforos pidiendo a los automovilistas

-Ha crecido la precariedad

-se ve más gente revolviendo los contenedores

-los avances en equidad, distribución y justicia social logrados y verificados en 15 años de gobiernos frenteamplistas, han desaparecido, primando hoy las políticas de ajuste, la rebaja salarial, la pérdida de derechos, aumento del desempleo, aumento de pobreza, restricciones presupuestales y reducción de las políticas sociales.

¿Se han contenido los precios? No. Las tarifas públicas esenciales han aumentado por encima de salarios y jubilaciones. ANTEL, UTE, ANCAP y OSE parecen entes recaudadores con aumentos permanentes de sus servicios. A su vez esas mismas empresas públicas y otras, se han venido debilitando porque lo que les importa es reducir el déficit fiscal y no el déficit social. Comer es cada día más caro.

¿Qué dice el cuento oficial? Que la culpa de las malas cosas la tiene la Pandemia primero y la guerra en Ucrania después y las malas condiciones del país que recibieron.

La verdad es que los dramas de la seguridad son originados por las propias debilidades de políticas deficientes, de cuestiones carcelarias sin resolver, de reducción de la vigilancia en las zonas más violentas, de creer que todo se arreglará con más represión, al tiempo de que el ministro Heber y Sanguinetti hacen letra diciendo que tenemos mucha más seguridad.

Es que el relato debe seguir siendo ese: pintar lindo la fachada de una casa que se resquebraja, que tiene mucha humedad y se está empobreciendo. Al principio toda la culpa la tenía el Frente Amplio. Ahora, en boca de la coalición multicolor, critican a la oposición frenteamplista diciendo que el FA tiene toda la culpa por seguir criticando. Valga el juego de palabras.

¿Hemos avanzado o retrocedido? Ellos dirán que hemos avanzado muchísimo. La realidad golpea y dice que hemos retrocedido y que el país está peor, con rostro de niño, de niña y de mujer en la pobreza y el abandono de este gobierno.