Chau Canario hermano por José Luis Baumgartner
El miércoles 10 murió Nelson Lorenzo Rovira.
Chacrero, diputado del FA en el primer parlamento tras la dictadura, sagaz, intuitivo, cojonudo, ocurrente, amable, de imperturbable buen humor –aunque cuando tuvo que meter mano no vaciló en hacerlo-, leal, recto en pensamiento, palabra y obra, muy estimado en el barrio y en el “Barracuda”, donde vivió mil años.
Hombre de Erro –de sí mismo, de su familia y de los compañeros-. Pudo ser electo porque los censores confundieron apellido con nombre y zafó del cepo. Fui su secretario durante casi todo el período. (Había sido reintegrado al cargo de director de jurídica en la Corte Electoral pero allí estaba la Maeso y ¿qué te voy a contar?; me pasaron en comisión al Legislativo). Hicimos muchas cosas juntos. Jugábamos al toque. Él daba la cara y asumía las consecuencias. Nunca vaciló.
Pedidos de informes a granel. A Pirán, ministro del Interior, por toneladas. Denuncias varias.
A la Administración de Justicia y Ministerio de Relaciones Exteriores por no indagar los hechos que motivaron la ruptura de relaciones (secuestro de Elena Quinteros en la propia embajada). El canciller Enrique Iglesias ordenó investigar. Salieron a luz los escabrosos antecedentes del caso, en los que textualmente se consideraba si convenía o no matar a “la mujer detenida”. La responsabilidad de Blanco en la “desaparición” de Elena quedó desde entonces certificada. El Ministerio nos convocó a audiencia en la cual nos entregaron copia de las actuaciones. Hugo Cores se las pidió a Lorenzo, y las llevó.
Ante el Juzgado en lo Penal de 8º. Turno por el Escuadrón de la Muerte.
En Cámara y prensa por la mafia de la Caja Policial (con nombres, apellidos y cargos), que en la tortura destruyó a quien operaba los dineros, eliminando su cuerpo. Asunto no “amparado” por la ley de caducidad. Gobierno, jueces y fiscales se hicieron los desentendidos. Siguen en deuda.
Por el manejo de fondos en la Escuela de Policía –vinos, mallas de ballet, perfumes, etcétera.
Yo qué sé. Hablo con el recuerdo. Esbozo un panorama. Ningún otro miembro de la bancada acompañó estos señalamientos plenamente documentados. El Canario tenía agallas.
No estoy muy concentrado en lo que escribo. Vivo la muerte de un hermano muy querido. Estos días –desde el miércoles 10- me he sentido enfermo. Lo afectivo no es manejable. Te arrasa sin remedio. Un tipo impecable.
Sólo una mancha indeleble tenía su prontuario y cada vez que tenía la ocasión se la marcaba sin piedad: era hincha fanático de Peñarol. Si no mencionaba esto la evocación habría sido incompleta. Nos quisimos mucho. Nos respetamos mucho.
¡Chau, Canario hermano!
POR MÁS PERIODISMO, APOYÁ VOCES
Nunca negamos nuestra línea editorial, pero tenemos un dogma: la absoluta amplitud para publicar a todos los que piensan diferente. Mantuvimos la independencia de partidos o gobiernos y nunca respondimos a intereses corporativos de ningún tipo de ideología. Hablemos claro, como siempre: necesitamos ayuda para sobrevivir.
Todas las semanas imprimimos 2500 ejemplares y vamos colgando en nuestra web todas las notas que son de libre acceso sin límite. Decenas de miles, nos leen en forma digital cada semana. No vamos a hacer suscripciones ni restringir nuestros contenidos.
Pensamos que el periodismo igual que la libertad, debe ser libre. Y es por eso que lanzamos una campaña de apoyo financiero y esperamos tu aporte solidario.
Si alguna vez te hicimos pensar con una nota, apoyá a VOCES.
Si muchas veces te enojaste con una opinión, apoyá a VOCES.
Si en alguna ocasión te encantó una entrevista, apoyá a VOCES.
Si encontraste algo novedoso en nuestras páginas, apoyá a VOCES
Si creés que la información confiable y el debate de ideas son fundamentales para tener una democracia plena, contá con VOCES.
Sin ti, no es posible el periodismo independiente; contamos contigo.
Conozca aquí las opciones de apoyo.