El imperio carolingio

Sin lugar a dudas la intendenta montevideana divide las aguas.

Alcanza con ver las portadas de los diarios del miércoles para ver

que El País y El Observador destacan ampliamente el informe de la

JUTEP sobre el Antel Arena, mientras que La República y La diaria,

lo ignoran olímpicamente, para no ser acusados de fuego amigo.

Unos días atrás la empresa Cifra mostró la   encuesta sobre la

popularidad de la jerarca y dio que después de una baja de 14

puntos desde febrero, hoy concita un apoyo estable de 48%.

O sea que la mitad de los montevideanos aprueban su gestión.

La personaje en cuestión no deja nada al azar y dispone de un

séquito de comunicadores y amanuenses que planifica y difunde

cualquier actividad que la involucre, por más nimia que esa sea.

Así vimos su participación en la exposición de CERES sobre la

democracia junto al presidente Lacalle en la plaza Independencia.

Aparece en la inauguración de una placa de un desaparecido, en el

aniversario de TV Ciudad, inaugura un restorán en Pocitos, va al

cierre de la Expo Prado y a un acto de la Fundación Mario Benedetti

La fría mente ingenieril planifica cada paso y no deja nada al azar.

Construyó su carrera política desde la torre de Antel y luego el

MIEM, haciendo alianzas políticas con quien le fuera de utilidad.

Empezó con el MPP, trabajó luego junto al partido Comunista y

terminó armando su propio movimiento político: La Amplia.

Llega a la intendencia con el 21% de votos de los montevideanos

que le dieron amplia mayoría al Frente Amplio con tres candidatos.

Muestra un perfil independiente de la estructura frentista y maneja a

la comuna capitalina con el mismo estilo que siempre la caracterizó.

El apoyo que tuvo entonces de los socialistas, lo retribuye ahora

apoyando la candidatura de Gonzalo Civila, que se sabe inviable,

al mismo tiempo que le quita sostén a un potencial futuro rival.

Concita simpatía por su condición de mujer, ejecutiva y pragmática

pero no logra que su grupo reúna las firmas para integrarse al FA.

La denuncia penal que impulsa Antel pone nubes negras en su

horizonte político y aun le restan unos añitos en la Intendencia.

La duda es si su proyecto personal pesará en el futuro frentista.

Alfredo García