Editorial de VOCES: Periodismo por encargo

El que calla otorga, dice el refrán. Y yo no me caracterizo por el silencio. Todo lo contrario, en general hablo demasiado, me dicen.

Hace dos días salieron a luz los gastos en la campaña electoral 2019

y se difundió que el Partido Nacional había aportado $75.400 para la

edición de mi libro Once Rounds publicado por Fin de Siglo.

La información es errónea.

Luis Lacalle Pou compró a la Editorial doscientos ejemplares del libro,

una vez impreso, para regalar durante la campaña.

La manera de redactar la noticia y el destaque genera suspicacias.

Nosotros en VOCES, nunca hemos ocultado nuestra identificación

con la izquierda. Toda la izquierda. Pero eso no implica negar un

espacio para publicar opiniones de todo el espectro ideológico.

Y nos hemos metido a entrevistar gente de todos los pelos, pero

algo que no hacemos es operaciones políticas o mandados.

Y en el periodismo vernáculo hay de todo como en botica.

Hay chantajistas que cobran por publicar o por callar información.

Están los que curran en forma cooperativa para no pagar aportes.

Están los que piden plata al estado para proyectos editoriales o

inventan suplementos temáticos para conseguir jugosa financiación.

Y también están los que hacen lo que pueden para sostener con

vida los medios escritos tratando de mantener criterios éticos.

Nosotros somos unos pelagatos que sobrevivimos gracias al aporte

voluntario de un montón de gente que ha hecho de este semanario

su casa y escribe semana tras semana sin cobrar un mango.

Eso si nos enorgullecemos de que no dijimos: “Hasta aquí llego mi

amor, Frente Amplio” cuando una empresa estatal nos excluyó de

su masiva publicidad durante cinco años, por criticar a su presidenta

Somos raros, pero tenemos veleidades de no casarnos con nadie.

Hemos dado palo a tirios y troyanos, y eso trajo consecuencias.

Pero la libertad no tiene precio ni se paga con ninguna tarjeta.

Hacemos periodismo improvisado, con errores, transgrediendo la

corrección política y muchas veces nos falta profesionalismo.

Metemos la pata, y sabemos dar marcha atrás cuando lo hacemos.

Pero no practicamos periodismo mercenario o con mala leche.

Alfredo García