ÉRAMOS POCOS Y “RENACIERON” A LOS CHARRÚAS
Tal vez fue cuando la CNDDH declaró Sitio de Memoria a Salsipuedes que los charrúas ganaron un inesperado protagonismo en el cruce de los que niegan el genocidio de Salsipuedes y quienes lo afirman. No es la intención de esta columnista entrar en esa polémica, si bien desde su niñez escuchó hablar de ese lugar y lo que allí habría sucedido. Vamos a recordar entonces a los cuatro charrúas que fueron llevados a Francia para convertirlos en atracción circense por parte de un ex militar llamado Francois De Curel que en Montevideo había instalado un centro de enseñanza. Ellos fueron Vaimaca Perú o Pirú, Senaqué, Tacuabé y Guyunusa. Luego de casi dos meses de navegación arribaron a París y fueron conducidos a lo que sería el inicio de su calvario francés: El circo de la Rue D´Antin. Fueron puestos detrás de rejas, pasaron hambre y sed y lucharon contra las ratas. Muy lentos y sufrientes debieron transcurrir los días para los cuatro charrúas acostumbrados a la libertad de los campos, las llanuras, la caza y el alimento logrado por ellos y no la obligación de alimentarse con carne cruda para intentar no morir de hambre. Guyunusa estaba embarazada cuando fue embarcada en el puerro de Montevideo. Se vio obligada a parir delante de los curiosos que se sorprendían al ver a esa mujer pujando en posición “sentada” y no en una cama, que era lo que ellos conocían aumentando su sorpresa cuando el recién nacido lloraba igual “que sus hijos blancos”.Guyunusa nació el 28 de 1806 y al año siguiente fue bautizada en la parroquia de Paysandú con el nombre cristiano de María Micaela Guyunusa Fue hija natural de otra charrúa llamada María Rosa. De acuerdo a los distintos investigadores e historiadores, Micaela era uno de los nombres preferidos por las madres charrúas en honor a la mártir peruana Micaela Bastidas. Guyunusa tenía apenas cinco años cuando junto a su madre y otros familiares charrúas vinculados a la revolución oriental acompañaron a José Gervasio Artigas en el Éxodo del Pueblo Oriental”. Desde los 14 años debó vivir oculta en los montes con su familia y su tribu, pues los charrúas eran considerados por el gobierno de la Provincia Oriental como “malvados que no conocen freno alguno que los contenga” y que no podían estar “librados a sus condiciones naturales”. Eso terminó el 11 de abril de 1831 y marcó el inicio del calvario de ella, de Senaqué, Vaimaca Pirú y Tacuabé . El 25 de febrero de 1833 fueron embarcados contra su voluntad, rumbo a Francia donde serían exhibidos junto a los nandués que Francois de Curel (a quien los charrúas habían sido entregados) consideraba tan exóticos como los indígenas de la Banda Oriental. Cuando las autoridades prohibieron la deshumana exhibición y explotación De Curel huyó a Lyon llevando con él a Guyunusa y Tacuabé para entregarlos a otro explotador. El 22 de julio de 1834 Guyunusa ingresó en el hospital de Lyon con una severa tuberculosis que le causó la muerte horas después. Existe una calle Lyon (Francia) a quienes los lioneses conocen como “camino del indio” pues cuenta la leyenda que por allí pasó, huyendo, un indio con una criatura en brazos. El grupo escultórico “Los últimos charrúas” (Prati, Furest, Lussich) está ubicado desde 1938 en la avenida Delmira Agustini del Prado de Montevideo. Cuando se detengan a mirarlo piensen en las cuatro víctimas de la pasión por el dinero y de la falta de humanidad de tantos que se dicen “humanos”. Recuérdenlos en silencio y sepan que uno de los significados de “charrúa” en guaraní es “somos turbulentos y revoltosos”. Aceptando o negando Salsipuedes aquello de “la garra charrúa” no estamos dispuestos a perderlo. Hasta la próxima. Que seas feliz.
Fuente: Internet. y «El circo de la Rue D´Antin» de Domingo Trujillo.
POR MÁS PERIODISMO, APOYÁ VOCES
Nunca negamos nuestra línea editorial, pero tenemos un dogma: la absoluta amplitud para publicar a todos los que piensan diferente. Mantuvimos la independencia de partidos o gobiernos y nunca respondimos a intereses corporativos de ningún tipo de ideología. Hablemos claro, como siempre: necesitamos ayuda para sobrevivir.
Todas las semanas imprimimos 2500 ejemplares y vamos colgando en nuestra web todas las notas que son de libre acceso sin límite. Decenas de miles, nos leen en forma digital cada semana. No vamos a hacer suscripciones ni restringir nuestros contenidos.
Pensamos que el periodismo igual que la libertad, debe ser libre. Y es por eso que lanzamos una campaña de apoyo financiero y esperamos tu aporte solidario.
Si alguna vez te hicimos pensar con una nota, apoyá a VOCES.
Si muchas veces te enojaste con una opinión, apoyá a VOCES.
Si en alguna ocasión te encantó una entrevista, apoyá a VOCES.
Si encontraste algo novedoso en nuestras páginas, apoyá a VOCES
Si creés que la información confiable y el debate de ideas son fundamentales para tener una democracia plena, contá con VOCES.
Sin ti, no es posible el periodismo independiente; contamos contigo.
Conozca aquí las opciones de apoyo.