Home Teatro La diversidad en la cruz
0

La diversidad en la cruz

La diversidad en la cruz
0

La compleja relación entre individuo y comunidad se puede rastrear en varios pasajes de la obra del catalán Josep María Miró, autor de El cuerpo más bonito que se habrá encontrado nunca en este lugar, recientemente estrenada en Sala Verdi. En 2017 Gerardo Begérez dirigió en El Galpón una versión de Nerium Park enmarcada en un desolado “barrio privado” en el marco de la crisis económica. El universo de expectativas de la pareja que protagonizaba Nerium Park se desmoronaba afectando lentamente la propia convivencia. La crisis económica que quebraba a gran parte de la sociedad, y las contradicciones éticas que acarreaba, se trasladan al interior de la pareja demoliendo la personalidad de uno de sus integrantes y a la pareja como tal. En 2015 Mario Ferreira montó en el Teatro Alianza El principio de Arquímedes, espectáculo que se disparaba a partir de un gesto de afecto entre un entrenador deportivo y un niño temeroso de entrar a una piscina. Esto generaba un crescendo de desconfianza en la “comunidad” conformada alrededor del club que problematizaba el límite entre el legítimo control social del comportamiento individual y el macartismo liso y llano. La obra que actualmente se encuentra en la Verdi, con dirección de Fernando Parodi y actuación de Alfonso Tort, parte de un hecho real: el homicidio de un adolescente conocido como “el más bonito” del pueblo. A partir de esa noticia Miró propone un texto que simboliza el complejo vínculo entre una persona “distinta” en un pueblo pequeño.
La escenografía propone una cruz horizontal que se extiende hacia la platea a modo de pasarela. Parece cumplir el doble rol de servir para que desfile ese “cuerpo más bonito” del título y señalar a ese personaje como una víctima “crucificada” en pos de algo que la trasciende. La referencia al cristianismo se completa con una cita del evangelio de San Juan en el programa de mano. La asociación de la víctima a una figura mesiánica la iremos completando en el transcurso del espectáculo, cuando desfilarán, entre otras, algunas figuras destacadas del pueblo. Nadie parece haber quedado a salvo del poder seductor del joven sacrificado. En este punto parece ineludible pensar en Teorema, el filme de Pasolini en que un enigmático joven aparece de pronto, seduce a una familia entera, y desaparece. Para completar el puzzle sabremos que el adolescente pertenece a una familia pobre, pero “originaria” a diferencia de una población migrante que aumenta en número. El joven sobrevive a un padre que se suicidó hace una década (¿estirpe trágica?) y solo los personajes más marginales parecen realmente cercanos. Finalmente la persecución del distinto en un pueblo chico también nos hizo pensar en filmes como Rompiendo las olas, de Lars von Trier.
Surge una discusión paralela respecto a lo que implica o representa la “belleza”. Desde la antigüedad clásica belleza, bondad y verdad aparecen como una tríada en correspondencia perfecta. Sin embargo la belleza también oculta un aspecto demoníaco, corruptor, que alejó, con el catolicismo agustiniano, los placeres sensuales de la vida “correcta”. Quizá sea Nietzsche quien da una clave para entender la tensión incorporando dos elementos que en equilibrio constituyen por igual el ideal de belleza clásico: el apolíneo y el dionisíaco. La discusión trasciende la posibilidad de abordarla aquí, pero merece la referencia porque, al igual que el vínculo entre individuo y comunidad, parece ser una preocupación clave en este texto de Miró. Esa tensión confusa entre principios que debieran estar en equilibrio parece ser explotada por Luciano Supervielle, quien aporta músicas que recuerdan, como lo ha dicho Alfonso Tort, a las sugestivas músicas de los filmes de David Lynch.
Para terminar corresponde hablar del trabajo de Tort. Es el mismo actor el que representa todas las voces de El cuerpo más bonito que se habrá encontrado nunca en este lugar. El mismo cuerpo porta la voz de figuras, tanto marginales como destacadas, de un pueblo que no ha logra escapar a la seducción de una criatura enigmática y perturbadora. Primero será la voz y el cuerpo de la víctima, luego, y aquí hay un hecho que dispara las interpretaciones, seguirá siendo el cuerpo de la víctima, pero portando la voz de victimarios y otros personajes que no pudieron evitar ser seducidos por ese cuerpo. Transitando por los cuatro puntos de la cruz, solo algunos leves matices en la voz y algunos mínimos cambios en la gestualidad irán pautando que la voz de la víctima dejó paso a la de la directora de la secundaria del pueblo, o a la de una profesora de la misma institución. Parece un anacronismo, pero parte del placer de este espectáculo lo genera escuchar a Tort decir las palabras de este texto. La sutileza y los matices en la voz ubican las características de los personajes en un ejercicio impar de virtuosismo. La actuación de Tort, como nos gusta decir aquí, es una de esas que invita al teatro por sí misma.

El cuerpo más bonito que se habrá encontrado nunca en este lugar. Autor: Josep María Miró. Dirección: Fernando Parodi. Actor: Alfonso Tort. Música: Luciano Supervielle. Asistente de dirección: Felipe Ipar. Diseño de Escenografía: Johanna Bresque. Realización de Escenografía: Tato Rebollo. Diseño y realización de Vestuario: Stefanía Reta. Diseño de Iluminación: Juan Andrés Piazza y Lucía Rubbo. Diseño Gráfico: Magdalena Domínguez. Fotografía: Bruno Nogueira.
Funciones: Jueves a sábado 20:30, domingos 20:00, hasta el 11 de setiembre. Sala Verdi.

POR MÁS PERIODISMO, APOYÁ VOCES

Nunca negamos nuestra línea editorial, pero tenemos un dogma: la absoluta amplitud para publicar a todos los que piensan diferente. Mantuvimos la independencia de partidos o gobiernos y nunca respondimos a intereses corporativos de ningún tipo de ideología. Hablemos claro, como siempre: necesitamos ayuda para sobrevivir.

Todas las semanas imprimimos 2500 ejemplares y vamos colgando en nuestra web todas las notas que son de libre acceso sin límite. Decenas de miles, nos leen en forma digital cada semana. No vamos a hacer suscripciones ni restringir nuestros contenidos.

Pensamos que el periodismo igual que la libertad, debe ser libre. Y es por eso que lanzamos una campaña de apoyo financiero y esperamos tu aporte solidario.
Si alguna vez te hicimos pensar con una nota, apoyá a VOCES.
Si muchas veces te enojaste con una opinión, apoyá a VOCES.
Si en alguna ocasión te encantó una entrevista, apoyá a VOCES.
Si encontraste algo novedoso en nuestras páginas, apoyá a VOCES
Si creés que la información confiable y el debate de ideas son fundamentales para tener una democracia plena, contá con VOCES.

Sin ti, no es posible el periodismo independiente; contamos contigo. Conozca aquí las opciones de apoyo.

//pagead2.googlesyndication.com/pagead/js/adsbygoogle.js
Leonardo Flamia Periodista, ejerce la crítica teatral en el semanario Voces y la docencia en educación media. Cursa Economía y Filosofía en la UDELAR y Matemáticas en el IPA. Ha realizado cursos y talleres de crítica cinematográfica y teatral con Manuel Martínez Carril, Miguel Lagorio, Guillermo Zapiola, Javier Porta Fouz y Jorge Dubatti. También ha participado en seminarios y conferencias sobre teatro, música y artes visuales coordinados por gente como Hans-Thies Lehmann, Coriún Aharonián, Gabriel Peluffo, Luis Ferreira y Lucía Pittaluga. Entre 1998 y 2005 forma parte del colectivo que gestiona la radio comunitaria Alternativa FM y es colaborador del suplemento Puro Rock del diario La República y de la revista Bonus Track. Entre 2006 y 2010 se desempeña como editor de la revista Guía del Ocio. Desde el 2010 hasta la actualidad es colaborador del semanario Voces. En 2016 y 2017 ha dado participado dando charlas sobre crítica teatral y dramaturgia uruguaya contemporánea en la Especialización en Historia del Arte y Patrimonio realizado en el Instituto Universitario CLAEH.