La misma dolorosa historia por Cristina Morán
Tenía apenas nueve años cuando Adolf Hitler invadió Polonia dando comienzo así a la segunda guerra mundial. Cuatro meses separaban la finalización de esa furia de mis quince años. Pasé de la niñez a la pre adolescencia escuchando las dramáticas historias a través de una radio, de los titulares de diarios, del hablar de mis mayores y de los llantos de las familias judías y no judías que habían logrado huir del infierno con sus hijos y las esperanzas puestas en nuevos amaneceres. Ochenta y tres años después, con mis jóvenes noventa y un años y transitando una recta que finalizará cuando tenga que ser (sé que será, pero no sé cuándo ni cómo) otro “super hombre” llamado Vladimir Putin amenazó, y amenazó, y amenazó y cumplió: por aire, tierra y mar atacó a Ucrania mostrando con total impunidad un armamento tan sofisticado, tan impresionante y alardeando de la cantidad de combatientes que mis muy lúcidos años creían estar viendo algunos de los documentales de aquella segunda que terminó en 1945. Preocupa, genera angustia, y llena de dudas este hecho bélico en pleno Siglo XXI y hacemos votos para que, rápidamente, se llegue al fin del mismo y que la humanidad, alguna vez, encuentre una paz que la codicia de poder de los hombres amenaza día a día. Esta es la realidad de hoy del mundo que se dice civilizado. Pero la vida no se detiene, cada sociedad juega su propio partido y la nuestra no es una excepción. Es increíble que a esta altura esté en discusión la celebración del Día Internacional de la Mujer declarado como tal por las Naciones Unidas en el año 1975 y cuyo lanzamiento o presentación en Uruguay tuvo lugar en el salón Azul de la Intendencia de Montevideo teniendo al frente a la Dra. Adela Reta. El viernes último vimos a la secretaria del PIT CNT “enfrentada” a los integrantes de “Polémica en el Bar” precisamente por todo lo que atañe a la celebración de ese día, que ha logrado, hasta el año pasado, hacer realidad la marcha más importante llevada a cabo en Montevideo y reproducida en cada ciudad y pueblo del país. La historia de la conmemoración es de larga data y en la búsqueda de su génesis vamos al encuentro de Clara Zetkin política alemana de origen judío e ideología comunista nacida en 1857 se la evoca como muy influyente y también como una luchadora por los derechos de la mujer. En la II Conferencia de Mujeres socialistas realizada en Copenhague en 1910, Clara Zetkin propuso, y se aprobó, la celebración del Día de la Mujer Trabajadora celebración que comenzó al año siguiente. En 1972, la Asamblea General de las naciones Unidas en su resolución 3010 declaró a 1975 “Año Internacional de la Mujer”. Debido a su origen y a los hechos trágicos que se conmemora (123 mujeres, trabajadoras de una fábrica textil de Estados Unidos, y 23 hombres) murieron en el incendio del cual no pudieron huir por haber quedado encerrados. La víctima de más edad tenía 43 años y la más joven 14. Y en esto del día de la “mujer trabajadora” y día “internacional de la mujer” (sin agregados) se enfrascaron en un fuerte cambio de opiniones la periodista Patricia Madrid y la secretaria del PIT CNT, Élida Pereyra. Para quienes creemos que cada día hay que luchar más fuerte por la reivindicación de los derechos de la mujer no hacemos diferencia: todas son (somos mujeres) y todas somos trabajadoras: transportistas, médicas, abogadas, vendedoras, obreras de la construcción, domésticas, periodistas, locutoras, actrices, prostitutas, maestras, profesoras, modistas, bordadoras, barrenderas, cuidadoras de niños, cocineras, administrativas, madres, amas de casa, artistas plásticas, gerentas, directoras de empresas o CEO de las mismas (estas últimas en menor cantidad), científicas, escritoras, dramaturgas, directoras de orquesta, de teatro, de cine y a todas nos une una misma iniquidad: la diferencia de oportunidades y la brecha salarial: una ofensa, un agravio dispuesto por alguien alguna vez y así será por los siglos de los siglos si es que no nos decidimos, nosotras, las mujeres, de una vez por todas, a una lucha frontal en la cual haya una sola meta: triunfar, ganar, terminar de una vez y para siempre con la injusticia que nos acosa desde siempre. Así que, para esta columnista el 8 de marzo es, sin ningún aditamento, el Día Internacional de la Mujer. Y punto. Celebrémoslo. Es nuestro. Hasta la próxima. Que seas feliz. Y no dejes entrar al viejo.
POR MÁS PERIODISMO, APOYÁ VOCES
Nunca negamos nuestra línea editorial, pero tenemos un dogma: la absoluta amplitud para publicar a todos los que piensan diferente. Mantuvimos la independencia de partidos o gobiernos y nunca respondimos a intereses corporativos de ningún tipo de ideología. Hablemos claro, como siempre: necesitamos ayuda para sobrevivir.
Todas las semanas imprimimos 2500 ejemplares y vamos colgando en nuestra web todas las notas que son de libre acceso sin límite. Decenas de miles, nos leen en forma digital cada semana. No vamos a hacer suscripciones ni restringir nuestros contenidos.
Pensamos que el periodismo igual que la libertad, debe ser libre. Y es por eso que lanzamos una campaña de apoyo financiero y esperamos tu aporte solidario.
Si alguna vez te hicimos pensar con una nota, apoyá a VOCES.
Si muchas veces te enojaste con una opinión, apoyá a VOCES.
Si en alguna ocasión te encantó una entrevista, apoyá a VOCES.
Si encontraste algo novedoso en nuestras páginas, apoyá a VOCES
Si creés que la información confiable y el debate de ideas son fundamentales para tener una democracia plena, contá con VOCES.
Sin ti, no es posible el periodismo independiente; contamos contigo.
Conozca aquí las opciones de apoyo.