Home Contravoces Nuevas colonizaciones ideológicas. por Ignacio Martínez
0

Nuevas colonizaciones ideológicas. por Ignacio Martínez

Nuevas colonizaciones ideológicas. por Ignacio Martínez
0

En el mundo se van formando ideas que se vuelven ideología, es decir, la manera generalizada de ver el mundo. ¿De dónde nacen? De la prédica que realizan los que tienen los medios, los podios, los espacios. Ellos lo hacen de manera expresa o solapada, como verdades eternas y absolutas. Nosotros consumimos sus predicamentos. Nos quedan nuestros entornos, la familia, el lugar de trabajo para intentar resistir esos embates ideológicos, cotidianos, que se reiteran por semanas, meses, años, generaciones, hasta que al fin creemos en la máxima que se nos ha impuesto como si fuera una verdad inconmovible: el mundo ha sido siempre así y así seguirá siendo para siempre; no te molestes en intentar cambiarlo.

A esa idea principal hoy se están agregando otras.

**Admitir las ollas populares como “normales” y, eventualmente, permanentes, sin ningún atisbo de soluciones para que la población toda se alimente dignamente, en hogares decorosos.

**Que la “libertad de expresión” incluya descaradamente mentir, tergiversar, difamar, agraviar, rumorear y no pase nada, nadie rinda cuentas y leamos o escuchemos o veamos a diario infundios de todo tipo.

**Que las violaciones de niñas y niños no son tan graves si las realizan curas que solo son castigados con prisión domiciliaria. Que tampoco son tan graves si se llevan a cabo contra adolescentes. O que el mal llamado “abuso sexual” no existe si no hay penetración. ¡No debe existir ningún tipo de “uso sexual” contra niñas y niños! En todos los casos, sin excepción, es violencia, degradación, agresión, sometimiento.

**Que la pobreza se una estadística y todo dependa si estás debajo o encima de la línea que marca el límite de esa pobreza, aunque no importe demasiado si comes todos los días o no, si tienes baño y saneamiento, si tienes agua y vas a la escuela, si sos persona o número o porcentaje.

**Que ser un político elegido por el pueblo incluye beneficios de sueldos y otras prebendas y en los siguientes cinco años el elegido no vuelve a ver a sus electores en ninguna parte, ni consulta con nadie, ni rinde cuentas de lo que está haciendo o deja de hacer. Pareciera que la representatividad dura solo 24 horas, el día de las elecciones.

**Que la evolución o la retracción de la epidemia depende de lo que haga cada uno y si la cosa sale mal es porque la gente actuó mal, disfrazando si se compraron a tiempo las vacunas, si el plan de vacunación es todo lo eficiente que necesitamos, si se realizaron las medidas necesarias para informar bien a la población, para detener las festicholas, si se controlaron bien las fronteras. Se culpa al personal de la salud por cometer el “delito” de exigir más y mejores medidas que disminuyan en serio la movilidad. ¡Clara que cada uno de nosotros es responsable! Pero las decisiones y las políticas se toman desde el gobierno.

**Las redes son y han sido un medio formidable de comunicación, pero al mismo tiempo se han convertido casi exclusivamente en el medio de información para mucha gente. Si no estábamos en la televisión no existíamos. Si no estamos en Facebook o Instagram o Twitter no somos nadie y se va imponiendo la idea de que el rol en esas redes es lo máximo, lo consagratorio, lo que nos vuelve grandes polemistas, filósofos y “opinólogos-todólogos”, vendiéndonos el espejito de que incidimos, cuando, en realidad, son herramientas de formación de opinión y de conductas, de datos y estudios para saber cómo somos y decidir qué nos venden.

**Se nos dice que enseñar en el aula vale lo mismo que enseñar desde la pantalla. Que los docentes están “cómodos trabajando desde sus casas”. Que comer en la escuela es lo mismo que recibir $ 85 por niños como ticket, y la alimentación es la misma.

**No importa que hayan subido la luz, el agua, los combustibles, los impuestos. No se habla de eso porque lo peor es que haya subido el boleto.

Es larga la lista de colonizaciones ideológicas. Es contra ese discurso, ese relato, esa nociva visión del mundo que tenemos que resistir con más solidaridad, con más denuncia de todo tipo de atropello o mentira, presentando propuestas concretas y claras de lo que debemos hacer, manteniendo bien alta la premisa de que la sabiduría es directamente proporcional a la humildad y al respeto, pero sin callarnos nunca nada.

POR MÁS PERIODISMO, APOYÁ VOCES

Nunca negamos nuestra línea editorial, pero tenemos un dogma: la absoluta amplitud para publicar a todos los que piensan diferente. Mantuvimos la independencia de partidos o gobiernos y nunca respondimos a intereses corporativos de ningún tipo de ideología. Hablemos claro, como siempre: necesitamos ayuda para sobrevivir.

Todas las semanas imprimimos 2500 ejemplares y vamos colgando en nuestra web todas las notas que son de libre acceso sin límite. Decenas de miles, nos leen en forma digital cada semana. No vamos a hacer suscripciones ni restringir nuestros contenidos.

Pensamos que el periodismo igual que la libertad, debe ser libre. Y es por eso que lanzamos una campaña de apoyo financiero y esperamos tu aporte solidario.
Si alguna vez te hicimos pensar con una nota, apoyá a VOCES.
Si muchas veces te enojaste con una opinión, apoyá a VOCES.
Si en alguna ocasión te encantó una entrevista, apoyá a VOCES.
Si encontraste algo novedoso en nuestras páginas, apoyá a VOCES
Si creés que la información confiable y el debate de ideas son fundamentales para tener una democracia plena, contá con VOCES.

Sin ti, no es posible el periodismo independiente; contamos contigo. Conozca aquí las opciones de apoyo.

//pagead2.googlesyndication.com/pagead/js/adsbygoogle.js
temas:
Semanario Voces Simplemente Voces. Nos interesa el debate de ideas. Ser capaces de generar nuevas líneas de pensamiento para perfeccionar la democracia uruguaya. Somos intransigentes defensores de la libertad de expresión y opinión. No tememos la lucha ideológica, por el contrario nos motiva a aprender más, a estudiar más y a no considerarnos dueños de la verdad.