El mundo va a cambiar; ninguna potencia sobre la Tierra puede evitarlo, salvo mediante la destrucción de la humanidad. Ninguna organización internacional, por poderosa que sea, puede detener el reloj de la Historia”. Kuame Nkruma
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Por rebuscar una fuente neutral (si la hay entre las grandes enciclopedias) para sortear mis lagunas acerca de qué es el uranio empobrecido (U-238) como producto para fabricar municiones perforantes, acabé auxiliándome con lo que tenía más a la mano: la computadora y su plataforma de servicio Google (conocida como tumbaburro). Lo que me informó fue sobresaltante: “Aunque el propósito de esta clase de municiones no es el de producir contaminación, algunos científicos y médicos han denunciado que deja desechos nocivos tanto desde un punto de vista toxicológico como radiológico. Se ha denunciado que no solo contiene uranio-238 (que es propiamente el uranio empobrecido), que es un comprobado agente teratogénico (que afecta a los fetos), sino también otros elementos subproducto del decantamiento de éste y de un mal procesamiento del material. Estos subproductos presentes en menor proporción serían, sin embargo, los causantes de la mayor parte de la radiación. Asimismo, el uranio empobrecido, que en sí mismo, en teoría, no es tan nocivo, tras la colisión se funde, vaporiza y pulveriza, convirtiéndose en un agente mucho más penetrante para el cuerpo humano, visible tanto en la forma de cánceres de diversa índole, como en heridas causadas por el propio proyectil. Afectaría también el estado del agua y sus suministros si impactara en una zona habitada, así como las tierras a cultivar son afectadas por años”. Hasta aquí lo que se puede encontrar mediante una computadora y que EE.UU dona como proyectiles 120 mm., para los cañones de los tanques (preferencia) que antes había enviado para apoyar una contraofensiva.
Cuando ya la atención del mundo había discurrido hacia otros tópicos, sin dejar de ser una época de transición, parecía haber pasado el peor momento en que una guillotina asomara sobre el cuello al desnudo de la humanidad; cada vez menos se hablaba de “el fin del mundo”, uno peor al de unos vivales sotaneros del siglo X que auguraban el apocalipsis para quedarse con los bienes terrenales de tontos creyentes. Y entonces, el conflicto en Ucrania volvió al primer plano con el envío por EE.UU de munición de uranio empobrecido -como el empleado por la OTAN contra los tendidos eléctricos y otros objetivos en la antigua Yugoslavia- según creíbles declaraciones del Pentágono y Antony Blinken, en Kiev.
Otro impulso para repensar la guerra corrió por cuenta de la pantalla grande y el filme (con bastantes parecidos a la biografía del protagonista) “Oppenheimer”.
Por su parte, la UE tratará en medio de la guerra acercarse al Mercosur y al resto de Latinoamérica, procurando desplazar a los consorcios de raíz estadunidense mediante una política de préstamos, créditos e inversiones menos colonialistas que las que proceden de organismos internacionales controlados por estadunidenses o por sus empresas. Otro tanto harán desde Pekín, con cierta ventaja que da el comercio y las inversiones acordadas con la región.
Sobre las políticas de las dos principales potencias nucleares dirijo mis siguientes opiniones.
La “paz atómica” impuesta antaño por la URSS y EE.UU -hablando del primer tiempo de la composición de la OTAN- no coincidió con los intereses franco-germanos y consecuentemente estos se opusieron a una fuerza multinacional nuclear de Washington, en lo que sería luego Europa comunitaria, donde los yanquis tendrían todos los derechos al asegurarse unilateralmente el empleo de esas armas contra una tercera potencia. El traspié no desmoralizó a EE. UU que persistió en su deseo de estar presente en la OTAN para quedar en un camino favorable rumbo a Rusia, con lo cual aseguraría, simplificaría y multiplicaría su capacidad de “represalia atómica”, teniendo a Europa como primer elemento de contención.
En cuanto a China Popular, Europa mediaterráneo-atlántica es de esperar que se entenderá con ella sin tomar en cuenta el bloqueo económico-comercial estadunidense contra Pekín e intentará debilitar a éstos y a la unidad sino-rusa.
Los estadunidenses no han encontrado desde los 60 del siglo XX en adelante con que sustituir al Plan Marshall actuando como “Caballo de Troya” en las economías europeas, lo cual no significa que no estén presentes en Europa (un ejemplo es el sector acumulador y exportador del agro ucraniano). El Pentágono de todas formas intenta “plantar” armas nucleares en territorio europeo cercano a Rusia, sin compartir conocimientos científicos o sus aplicaciones tecnológicas.
El Pentágono quiere mantener el control estratégico de la alianza “atlántica” (OTAN) reservándose el monopolio de las armas nucleares. Pentágono y Kremlin lanzan amenazas cruzadas acerca de sus fuerzas atómicas. El Kremlin (como antes la URSS) lo hace al decir que defenderá Cuba de toda intervención militar estadunidense.
Mientras se pueda emplear la estrategia indirecta, la guerra se ofrece como una forma del arte de la política.
Entre dos potencias rivales con paridad de poderío nuclear, la guerra es posible en razón de la estrategia indirecta, con armas convencionales y en forma de guerras relativamente marginales. A pesar de no utilizar las armas atómicas más poderosas, debemos seguir la guerra en Ucrania como el estallido de un conflicto concreto, con armas convencionales, en territorio europeo. Dentro de una moral de bravuconas declaraciones, se razona con base en una guerra limitada en Europa, que casi con seguridad no provoque un paso al enfrentamiento termonuclear, pero se piensa que, en alguna medida, puede “tocarse” el arsenal atómico con la manipulación de ingenios tácticos.
En todos los casos, de acuerdo con mi visión, donde exista o vaya a surgir un conflicto, directa o indirectamente, estas potencias estarán involucradas o en los “bordes de la guerra”.
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