Esta semana nuestra sociedad estuvo crispada por la llegada de dos argentinos que presentaron un libro con posturas contrarias a la ideología de género y la izquierda en general.
Más allá de sus posturas absolutamente reaccionarias y que unen de forma maniquea sus argumentos, mezclando historia, ideología, religión y biología, generaron un profundo debate.
Su presentación en diversos medios de comunicación hizo arder las redes, a tal punto que la Universidad de Montevideo del Opus Dei, canceló a último momento un evento con ellos.
El martes dieron una charla en una sala del anexo del Palacio Legislativo y las protestas fueron todavía más fuertes.
El suceso puso sobre la mesa cuan democráticos o tolerantes somos con aquellos que piensan radicalmente opuesto y sostienen posturas filosóficas que están en nuestras antípodas
¿Es correcto abogar por prohibir al que piensa diferente?
¿Quién es el dueño de la verdad, capaz de marcar los límites?
¿Defendiendo los derechos de unos, coartamos los de otros?
¿Los fundamentalismos se combaten con restricciones?
¿Hay inhibiciones aceptables para la lucha ideológica?
¿Vivimos en una sociedad libre que acepta cualquier idea?
A juzgar por lo acontecido estamos muy lejos de eso.
Hoy ustedes tienen en sus manos el número 600 de VOCES.
Y este pasquín del fondo de la bolsa, lleno de errores, con muy
poca investigación periodística y una total incapacidad de
marcar agenda mediática, tiene quizás una sola virtud.
Nunca le preguntamos a nadie que se acercó con sus notas, que pensaba decir, de que palo era o a quien apoyaba.
Nunca le dijimos a nadie que se cuidara en sus opiniones o que no hablara de tal tema o que fuera políticamente correcto.
Y esta vocación libertaria nos hace enorgullecer cada semana viendo que escriben personas con las que discrepamos 100%.
Acá han tenido espacio y lo seguirán teniendo, todas las opiniones, porque creemos justamente en la confrontación de ideas y que del debate surgen nuevas síntesis y se avanza.
Estamos seguros de que no somos ni seremos el medio de prensa más influyente, pero si sabemos que más plural que nosotros, no hay nadie en nuestro país, y en eso no transamos.
Porque aborrecemos cualquier tipo de censura y porque seguimos creyendo que la libertad debe ser más libre cada día.
Y porque creemos que VOCES ayuda a construir ciudadanía.
Alfredo García
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