Che, Bonomi, tenías razón por Ignacio Martínez

Cuando Bonomi daba argumentos como Ministro del Interior, la oposición (hoy los multicolores en el gobierno) lo desacreditaban, intentaban minimizarlos y hasta acusaban al propio Ministro de mentiroso. Bonomi, acostumbrado a que le pegaran de todos lados, aguantaba el batacazo y, haciendo gala de su coherencia y rectitud, insistía con la verdad de los acontecimientos y los argumentos que sostenían irrefutablemente esa verdad.

Hoy, cuando los homicidios deambulan por todo el país, el Ministro Heber, al frente de un volcán en erupción, ha dicho “uno no puede prever que terminen asesinándose entre parientes o por la disputa de un perro”. Exactamente lo mismo que advirtió Bonomi y que Heber y su gente criticaron hasta el hartazgo.

Las bandas de narcotraficantes, los enfrentamientos en el seno de las familias, estuvieron siempre presentes como argumentos contundentes que afirmó Bonomi para explicar las enormes dificultades de prevenir, evitar o reprimir los gravísimos delitos que surgían en esos ámbitos. Heber y su gente, entonces, lo criticó enfáticamente, pero hoy es el mismísimo Heber que dice lo mismo.

Heber admite que ha habido “fines de semana que han sido duros” y reconoce “dificultades para prever esta situación”. También asumió que eso “genera un nivel de enfrentamiento y de violencia en la calle”, lo cual es absolutamente cierto. Pero cuando lo dijo Bonomi, mucho antes que él, casi lo abuchean. ¿En qué quedamos, Heber?

El actual Presidente llegó a decir que “Se degrada la vida humana poniéndole (a los asesinatos) que es un ajuste de cuentas”, a la hora de cuestionar a Bonomi. Hoy esa afirmación está en boca de varios voceros del gobierno intentando justificar las cifras que se expresan diariamente con alaridos que no pueden tapar supuestas bajas de la criminalidad.

Bonomi nos había alertado de que se estaba pasando de la pasta base a la cocaína y eso encarecía la venta en el mercado, aumentaba las ganancias y las apetencias por controlar territorios. Heber ha dicho más o menos lo mismos admitiendo que ese fenómeno que nos anunciaba Bonomi también alienta al surgimiento de nuevas bandas.

Las bajas de delitos, incluidos los homicidios, ha sido la defensa permanente de Heber para hablar de su éxito. La verdad es que, mientras Heber dice que los homicidios bajaron 16,7%, la oposición afirma que aumentaron 3,8 referidos al mismo período. Lo que Heber ni nadie puede negar es que el nivel de violencia, punto más, punto menos, es inadmisible, escalofriante. La LUC solo habla de reprimir, encarcelar, endurecer penas e hinchar las prisiones hasta lo insoportable, sin hacer absolutamente nada por parar la cinta sin fin que apresa delincuentes y genera otros que se suman a los que salen de la prisión mejor formados para delinquir.

La verdad es que no era ni es tan sencillito como para reducirlo a números y a argumentos facilongos. Hay que trabajar en las cárceles para recuperar gente; al interior de la policía para sanearla y hacerla mejor; pero fundamentalmente en las causas sociales que generan y alientan el delito.

Del capítulo Seguridad, hay 33 artículos que se cuestionan. Bonomi fue, desde el principio, partidario de su derogación, lucha que dio hasta el último momento de su vida, y tenía razón. El 27 de marzo votamos SÍ.

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