Dady Brieva: Somos una empleada doméstica en una casa rica donde nada nos pertenece
Estuvo en Montevideo para promocionar sus shows y aprovechamos para charlar con él, justo el día antes del atentado a Cristina. Lo agarramos para la política y como siempre este peronista de pura cepa no se calla nada.
Por Jorge Lauro y Alfredo García / Fotos: Rodrigo López
Argentina hoy. ¿Qué está pasando?
No le saco el culo a la jeringa. Lo estoy viendo. Hay una vertiginosidad del día a día que nos va sorprendiendo a todos. Sin duda lo que está pasando hoy se debe exclusivamente a la militancia, una militancia que tiene una historia de setenta años, y que ha sabido estar en la calle. Ayer hablábamos con unos compañeros de acá, y comenté que si en Brasil hubiesen ido un millón de personas, entonces Lula no hubiese quedado preso. La presencia de la militancia y del pueblo se lleva puesta a los dirigentes. Es lo que está pasando en nuestro país. Pero si tengo que dar una explicación como analista, el tema me lleva puesto. Estoy ahí, con los muchachos y los dirigentes, viendo a los que manejan las redes. Ya no se pegan carteles como en mi época, ahora son redes sociales. Voy viendo qué es lo que está pasando, cómo se va acomodando la cosa. Sin duda la oposición ha sentido el golpe. El que es banca ya tiene la sapiencia de que el que es punto le puede pegar otro golpe. Y en eso estamos, en la diaria.
¿Vos no tenías que estar ahí, en Uruguay y Juncal?
Acompañé hasta la mitad del campo con la pelota. Después los que tienen que definir son los goleadores. Hice mi trabajo, siendo militante, siendo cómico, tirándome las granadas arriba durante mucho tiempo, a cambio del amor que tengo y de mis compañeros muertos. Las definiciones, después, las hacen los dirigentes.
Hoy es la gente. La gente no va con los dirigentes a la cabeza.
Sin duda. Pero son los que están arriba y los que determinan las cosas. Nosotros lo que hacemos es fogonear, cuidar el arco, la mitad del campo y qué sé yo. Pero las definiciones no las toma Dady Brieva ni Pablo Echarri. No debería ser así, tampoco. Nosotros somos arengadores populares de una ideología. Los que conducen y manejan son los dirigentes. Si no, estamos haciendo cagadas.
¿Qué pasó para llegar a esto, viéndolo en retrospectiva?
¿Tenés hijos? Cuando los hijos tensionan a los padres les meten el dedo en el culo y les hacen molinetes. Tenemos que ver en qué parte del molinete decimos “basta” cuando nos meten un sifón de soda en orto. Y pasó eso. Se tensó la cuerda. Antes, para ser gorila necesitabas plata, ahora alcanza con un poquito de violencia y mucha ignorancia. Se han vuelto muy atrevidos. Hay muchos escraches y dicen cualquier cosa.
Estabas con el “Volver mejores”. ¿Volvieron mejores?
Volvimos al pedo. Lo dije y me trajo muchos problemas con los míos. Como buen bombero que es el peronismo en la historia, apagando incendios, lo que siempre aseguraba cuando volvía era la mesa de los argentinos. Y no la está asegurando. Está bien que en el medio estuvo la pandemia, pero bueno. Nosotros somos bomberos, y tenemos que asegurarles la mesa a los argentinos. Y no lo estamos haciendo. No hemos profundizando. Hemos consensuado. Ya van dos años. Cualquier paralelismo con el que se sientan identificados, me avisan. Y a ellos con un año ya les alcanza, después les quedan tres años para rascarse los huevos.
¿Se puede consensuar con esa derecha desbocada?
Ni en pedo. En eso hay que ser claro. No es personal. Es como en la calle, no hay que personalizarlo. Las diferencias son ideológicas. No son personales. Y se ha personalizado. Ellos han cambiado las reglas del juego. Para sacarle la pelota a un tipo le podés meter el dedo en el culo, pegarle una patada o decirle que su mujer está garchando con otro. Lo que nunca podés hacer es saltar el alambrado y pegarle a la madre de ese jugador que está en la platea. Y estos tipos han saltado el alambrado y hecho eso. Esas cosas no se hacen. Hay que volver a las reglas de juego que otrora nos llevaron a la política como militantes y dirigentes.
¿Hubo miedo?
Era un gobierno sin poder. Sabés muy bien que los gobiernos que ganan elecciones y acceden al gobierno no llegan con el poder como para hacer cambios profundos, si no ganás con el 60 o el 70% de los votos. Si vas a pelear a Las Vegas, si sos uruguayo y tenés que pelear con Mayweather, si no ganás en el segundo round por knock-out o por puntos, entonces no ganás. Tenés que ser bien preciso. Llegamos raspando. Pero no alcanza para hacer los cambios profundos que necesita la Argentina. Estoy cansado de escuchar que cómo los argentinos no se sientan a tomar mate. Es un país inmensamente rico, pero somos como una empleada doméstica en una casa rica donde nada nos pertenece. Es como en Arabia, donde están las mujeres más lindas pero las tienen diez jeques. No son tuyas. Nosotros tenemos el sur totalmente loteado por tipos de afuera, tenemos la cordillera llena de minería de la Barrick Gold, en el norte tenemos el litio. Y del río ni hablar, no nos pertenece para nada. En el mar los japoneses se llevan todo. ¿De qué país rico me hablás? Al campo no le podemos sacar una puta retención.
La concesión a la Barrick se la dieron ustedes.
¡Pero por supuesto!
No fue la derecha.
Nosotros, como ustedes, hemos cometido errores y los seguimos cometiendo. No todo el mundo estando en el gobierno aguanta la aguja de la misma manera, tampoco. Hay gente que es disciplinada, hay gente que tiene miedo. Hay ministros de economía a los que se les dice: “¿Por qué no firmás esto?”, y viene la suegra y le dice que al ministro anterior lo sacaron en pijama a la noche, que no se haga el pelotudo. Y te van disciplinando y haciendo besar la lona. Hay algunos que no lo aguantan.
Hablás del peronismo como de una ideología, pero tiene un espectro ideológico muy amplio.
Sí, claro.
¿Quién manda?
Los mismos que en el Frente, boludo.
El Frente no es una ideología. No me compares chicha con limonada.
Somos frentistas. Tuvimos el FREJULI, tenemos el Frente de Todos. Lo que pasa es que en el frente tenés varias patas y una es siempre la más floja, que es la socialdemócrata. Si esa pata tiene una injerencia importante, es como hacerle la paja a un muerto. No pasa nada.
También tenés una derecha metida ahí dentro.
Sí. Pero no es peronismo. Como decía mi papá, el policía corrupto no es policía sino un delincuente. La derecha peronista no es peronista, es derecha. Son muchos años de historia, y eso implica quilombo y gente que se ha metido. Me hago cargo. No me siento orgulloso, pero me hago cargo.
¿Cuál es hoy la opción peronista para cambiar la Argentina? No hablo de candidatos sino de proyectos. La clase obrera laburante es peronista.
Sí, pero hay una cosa aspiracional. Le han hecho creer al taxista que es un empresario del transporte. Se comieron ese verso. Acá la única que queda es pararte ante el hermano mayor que es Estados Unidos, y no de guapo sino para negociar. Si vas con los pantalones bajos, no es negocio. Tenés que tener una patria grande, con un libre paso, con integración, con puntos de comercio y con dirigentes que piensen más o menos lo mismo, como ya lo hemos tenido.
Y nos fue como el culo, con esos dirigentes afines.
Y qué querés, si se nos mueren a nosotros. A ellos no se les muere ninguno. Hacés la selección y te venden cuatro jugadores. Pero están entre dos acorralando a un cómico, no tengo todas las respuestas. Tengo algunas, nada más.
Dady Brieva no es solo un cómico.
No tengo todas las respuestas. Lo que sí sé, y ahí podemos aunar criterios, es que en un mundo donde la concentración de riquezas es tan fuerte va a haber quilombo, si no se distribuye. No es una amenaza, es una realidad. Y hay que tener una alfabetización mediática.
Está complejo si el diccionario es solo el de Magnetto.
¿Me lo vas a decir a mí?Ayer fui a dos programas de Uruguay y me dijeron: “Están los unos y los otros”. No. De un lado está La Voz del Interior, La Nación, Clarín, A24, América, TN y Canal 13, y del otro lado C5N. No, boludo. No me comparés un semanario de Maldonado con El País. Uno es una lanchita y el otro es el Acorazado Potemkin. Con la teoría de los dos demonios estamos perdidos.
Pero el poder mediático empezó siendo un partido de oposición.
Totalmente. Se han armado y estructurado en todo el país a través del grupo CIMECO. Me he dado cuenta, porque aparecía “El exabrupto de Dady Brieva”, y abrías los portales y eran La Nación, Clarín e Infobae, y después se replicaba en La Voz, en Los Andes, en La Gaceta y de ahí para abajo. Es impresionante, son el Barcelona. Tocan de primera, salen todos juntos.
¿Hay que hacer la CONADEP de periodistas o de medios de prensa, entonces?
Yo titulo para provocar, por supuesto. Si molesta el término CONADEP hay que hacer una revisión del comportamiento de los medios en los últimos tiempos, como formadores de opinión pública y en cómo le han mentido a la gente.
¿Por qué duerme la ley de prensa? La durmieron los tribunales, Macri la desarmó, pero era una de las ideas fuerza del kirchnerismo.
Sí. Pero no se pudo, por las modificaciones en la Corte Suprema y en la reforma judicial. Se han armado bien, y es muy embromado guerrear con eso. Ustedes tuvieron algo muy parecido con la LUC.
No llegamos a los mismos niveles de grieta.
Tomando una cerveza con dos o tres tipos, Macri hizo trescientos decretos, en una tarde.
Nosotros acá tenemos de invitado a Pepín.
Háganse cargo.
En el 23, si no les va bien, lo devolvemos. ¿Se precisa una nueva mesa judicial?
Sí, claro.
¿Es vivible esa grieta en la calle?
Es la que toca. Ya no se puede retroceder.
A vos alguna vez te escracharon.
¿Alguna vez? Me metieron drones en casa. A Chipi le cruzaron autos. A mis hijos los escracharon en el colegio. Tengo diez denuncias penales por incitación a la violencia. Tengo una causa en el FBI, que me la hizo una periodista que se llama Lana Montalbán.
Te falta trata de blancas y narcotráfico, nada más. Y no sos un dirigente, sino un simple comunicador.
Un tipo que se expresa, que decide venir a Montevideo y hacer una nota en un medio gráfico, hablando lo que siente en vez de hacerse el pelotudo, sabiendo que a lo mejor no va a vender más entradas por lo que vos pongas, pero que no va a cerrar el culo para vender tres entradas más. Si me preguntás, te contesto.
¿Te jodieron en tu carrera?
Sí, obvio. Hay un ensañamiento cuando te ponés a tiro de la mira. Se llama disciplinamiento. Agarro dos periodistas de medios gráficos, dos del diario y un fotógrafo, y les doy, les doy y les doy, inventando. ¿Qué van a hacer todos los demás fotógrafos? Se llama disciplinamiento, y lo hacen muy bien. Tienen el know how de eso.
A vos ha sido bravo disciplinarte, sos bastante orejano. Pero disciplinan a los demás a través del ejemplo.
Sí. Ya estoy viejo y grande, como me dijiste hoy, y por ahí la Chipi, que piensa lo mismo que yo, y mis hijos, que son grandes y lo ven en las redes, ven que a ellos también les pegan. Realmente, hemos pensando que si con tantos compañeros muertos, no me llevó la dictadura, no me voy a ir del país por estos giles. Veremos qué pasa.
En el Uruguay los medios mayoritarios son repetidoras de Canal 13.
Uruguay tiene una cosa inentendible. Ayer una señora me preguntó si se podía sacar una foto conmigo. Me dijo que los hijos no lo iban a poder creer, porque ella no era K. ¿Qué tiene que ver? La mayoría de la Argentina no sabe quién es el presidente de Uruguay. ¿Por qué en Uruguay están tan pendientes de Argentina? Me respondió con la típica frase de ustedes, de que cuando Argentina se resfría Uruguay estornuda. Déjense de joder con esas frases viejas. Ya está. Si a ustedes les conviene, porque tienen una estética, porque les sirve para hacerse los apichonaditos y sacar una ventaja, bienvenido. Pero ni son un paisito ni son unos giles.
Nos estás sacando la careta. ¿Sabés cómo ha rendido eso?
Dejen de mirar. Tienen televisoras, tienen medios, tienen una cultura de la recontra cajeta de su madre. Han hecho carnavales, con una cultura de una raza, con cueros y tambores. Tienen una identidad cultural más grande que la nuestra. Nosotros somos unos mestizos culturales, con culturas desperdigadas. Ustedes tienen una cultura muy profunda. ¿Por qué miran Intrusos?
Porque los canales lo compran barato. Miramos los noticieros de allá y las noticias son que en Argentina se afanaron dos PBI.
No sé lo que es un PBI, pero mi tía Elvira lo nombra mientras le pone cascaritas de naranja al mate, como si hubiese estudiado en Harvard. No se puede entender.
Acá, es muy difícil transmitir esa idea de que Cristina fue una dirigente y una líder de un gobierno que peleó por determinadas cosas, porque estamos diez años bombardeados con que se robaron todo.
Es la estrategia goebbeliana de raspar las mentes a través de la repetición.
Vos lo ves de cerca porque tenés cierto vínculo y contactos. ¿Se robaron todo?
No, para nada. Dimos derechos. Nada que ver. Todo lo contrario, a lo que dice Rozenkrantz en Chile, cuando dice que detrás de un derecho no siempre tiene que haber una necesidad. Es muy triste a lo que hemos llegado. Yo le pongo chistes, pero es muy triste. Siempre los muertos los ponemos nosotros. No quiero hacer tragedia con eso. Ayer lo hablaba con unos compañeros acá. Si ves las edades de los que ya no están, eran chicos muy jóvenes. Veintidós años, qué sé yo. Y después está esta cosa del juego de la oca, por el cual llegás, estás doce años, hacés cambios, te equivocás o no, pero tratando de dar derechos, para luego retroceder dieciocho casilleros cuando volvés a agarrar, y tener que empezar a barrer baldíos con sesenta años, otra vez. Es muy desgastante.
¿Por qué en doce años no se pueden establecer cosas que queden firmes?
Porque no tenés el poder para hacerlo. Por eso necesitás doce años. Si tuvieras poder, lo hacés en tres.
¿Y ellos lo hacen en dieciocho meses?
Porque tienen todo, tienen el poder judicial, el poder mediático, los bancos, los empresarios. Los sindicatos no son los mismos que eran. Antes alguien salía enojado cuando se reunían sindicatos y empresarios. Ahora salen los dos contentos.
Algo está funcionando mal ahí.
Es complicada la mano.
Hoy la Argentina está en una situación jodida.
Sí, en una situación jodida pero en la que se ha sincerado bastante. Está diagnosticada. Eso está bueno. Ahora vamos a penales, a ver qué pasa. Hoy hay un proyecto, una puja. Se tendrá que resolver, para que haga sinapsis con los demás países de Latinoamérica.
¿Con el mazazo del ajuste hay capacidad de explicarle a la gente a qué obedece?
Es todo junto al mismo tiempo. Ho Chi Min. Diseminación y simultaneidad.
Acá el ex presidente Sanguinetti dijo que hay que ir arrancándole las plumas de a una a la gallina para que no cacaree.
Tengo que ubicar los dichos de ustedes para entender qué significa. Pero es así. Estás con una gotera mientras tu mujer te está cagando a pedos porque tomaste un vinito de más, tus hijos se están llevando materias y te están por vender la hipoteca de la casa. Todo junto y al mismo tiempo.
¿Cómo podés hacer humor con esta situación?
Recién te hice reír con lo que dije. Hacés humor porque la vida sigue, porque tenés salud. Soy un tipo feliz. Cuando uno a la larga hace lo que quiere termina teniendo cierta felicidad. También es una cuestión de tiempo. Hay que ser consecuente. Siempre es una cuestión de tiempo. Si no, quedará en lo que tenía que ser. A mí no me ha ido mal, loco, y la verdad es que estoy contento con la vida que llevo. Siempre con mucho respeto, y qué sé yo. Sé que hay muchos artistas que no dicen lo que piensan, para hacer la plancha. Me parece bien, lo respeto. Tampoco tienen que estar todos comprometidos. Pero si yo no digo lo que pienso, a mí no me va bien, me lleno de tumores. Lo peor que hay es disimular un pedo. Gastás el doble de energía.
¿No tendrías que entender mejor a los uruguayos? Los santafesinos son los argentinos más parecidos a los uruguayos.
Ni con picana me vas a sacar una frase de Uruguay y su situación política. Yo sé que ustedes son de decir frases en contra nuestra, pero…
Esos son los presidentes, nada más.
Y algún ministro también. Pero yo no. Vengo mucho a Uruguay, tengo muchos amigos.
Hay que rescatar dólares.
Ustedes en el 89 cruzaban a tomar mate porque también les convenía.
Y ahora ni te cuento.
Yo vengo cuando me conviene, y cuando no me conviene también vengo. Cuando se ganaba el doble allá y acá se pagaban dos mangos con cincuenta, también vine. Yo vine acá cuando acá estaba el Teatro Plaza. Hay registros, no me podés correr con eso.
Era tu parte caritativa.
Vine cuando Cachete y el Eddie habían hecho la comunión.
Los excomulgaron a todos.
Eso es una ficción (risas).
¿Cómo nos vacunamos contra esa grieta, que acá no llega a los niveles de ustedes? ¿Hay vacuna para esa grieta?
A veces uno se cree que no se lo merece. Te hacen creer eso, también. Hay que hacer una amnistía sobre ciertas estéticas, cuando te preguntan que qué hacés en Punta del Este, que si no tendrías que estar en La Salada. O cuando te dicen: “Mirá vos, estás en primera en Buquebús”, que por qué no venís en la lanchita. Cuando te lo repiten muchas veces te van creando un comportamiento, que por ahí no te pertenece, pero te va haciendo creer que no te lo merecés. Lo terminás creyendo. A mí el peronismo me enseñó que yo puedo ir a Miami y que me pueden chupar la poronga tranquilamente. Soy aspiracional desde lo económico, pero no desde la historia. Estoy muy orgullo de la historia de la cual vengo. Insisto en que los uruguayos tienen su identidad y tendrán que resolver sus cosas. Pero las cosas no se resuelven consensuando, sino que es una cuestión de pujas. No se puede hacer una camiseta que tenga la síntesis de Peñarol y Nacional. Es una cuestión de pujas, no se puede consensuar con cosas de identidades tan profundas y esencias tan distintas. No se trata de ponerse en una pieza a tomar mate, como dijo el Pepe. Es una ingenuidad hippie.
En Argentina tenés un patriciado muy fuerte y a la vez los cabecitas negras. Está difícil esa. Y hay gente que se siente con derechos adquiridos.
De niños íbamos con mis hermanas a las colonias de vacaciones peronistas, y en los hoteles sindicales ponían la marcha con unos altoparlantes gigantes para avisar que se servía la comida. Mi madre le hacía las trencitas a mi hermana y le ponía el mejor vestidito y antes te lavabas las manos. Los manteles eran de tela, había una jarra de cerámica que tenía agua y el primer plato era sopa, luego pastel de carne y de postre una fruta. Hay ciertos comportamientos y conductas que dignificaron al laburante. Es como cuando te hacés puto. Después de la primera poronga no la dejás más. No existe la bisexualidad, ¿me entendés? Una vez que conocés eso, es muy jodido que vuelvas para atrás. Siempre digo, cuando me quieren comparar un país con otro, que ustedes no tuvieron peronismo. Es otra cosa. El argentino, mi papá, mi abuelo, conocieron otra cosa. Conocieron las ocho horas, las vacaciones, el aguinaldo, los regalos que te hacía la empresa cuando le iba bien. Conocieron ciertos derechos. Barrer esos derechos va a ser muy difícil.
La gente los tiene incorporados.
Los tienen como ganados. Ya luchó por eso. Ya metió muertos por eso.
Es irreversible.
Obvio.
Cristina se despidió con una plaza repleta, diciéndoles que los dejaba empoderados para cuidar lo conquistado. Quince días después, quedaba la gente en la calle.
Los echaron como perros. Por eso, cuando algún periodista dice que lo escracharon, ¡pará, hijo de puta! A nosotros no nos dejaron sacar ni los portarretratos de las oficinas. Ellos siguieron teniendo laburo. Es más, tienen más laburo ahora que antes. No es lo mismo.
Vos querés ganar con el 60% para hacer cambios. Pero ellos con un puntito arrasaron. ¿Cristina se está catapultando para el 2023?
No sé si va a ser ella la candidata. Que va a estar en la punta de la mesa digitando, sí.
Pero en el peronismo había mucho anticristinismo, y mucha desunión.
Pero no tienen los votos.
Claro, pero se dice que con Cristina no alcanza y sin Cristina no se puede.
Verga. Es una frase que inventaron ellos, no es nuestra. Y es mentira. Aunque no alcance, prefiero construir el bizcochuelo con los que somos de verdad. No estoy de acuerdo con meter un socialdemócrata para que alcance. Es una mochila.
A Alberto muchos lo califican de socialdemócrata.
Sí.
¿Y Massa qué es?
Es el Frente, es como ustedes, muchachos. No me hagan explicar algo para lo que ustedes tienen ejemplos. Es como las tres patas de ustedes, la idea de que con uno solo no alcanza y que con uno solo no se puede. Habría que empezar a rever esa frase. Tampoco alcanzó de esa manera.
A nosotros nos cuesta identificar la izquierda peronista, mirada desde este lado del río. ¿Quién es la cabeza?
¿Por qué querés identificar la izquierda peronista?
Porque me decís que los socialdemócratas no. ¿Qué tenemos, entonces?
El peronismo te da todas las respuestas, no tenés necesidad de hablar de izquierda y derecha, de peronismo racional, peronismo federal. Cuando empezás a abrir patas, la cagás. El peronismo tiene veinte verdades que son claritas. Si no te movés de ahí, vas como en el río, vas bárbaro. Pero cuando empezás a buscar las aristas… No tenés que dejar que el enemigo te defina.
Pero hay enemigos íntimos. ¿Qué era Menem?
Te vas al extremo.
Dentro del árbol del peronismo se mete todo el zoológico para adentro. Eso es lo difícil de entender para nosotros.
Se ha ido limpiando. No sé qué recuerdos tienen ustedes.
Me acuerdo perfectamente de López Rega y la Triple A.
Parecés un gorila hablando.
Y vos parecés un místico. San Perón.
Recuerden que el Frente ganó porque Néstor les dio asueto a todos los uruguayos para que vinieran a votar al Frente, que son un porcentaje muy importante.
Y después vino lo de las papeleras. ¿Cómo se pueden pelear dos pueblos por esa boludez?
Y no habrá sido una boludez, campeón.
A veces pesan intereses de personas.
Puede ser. Pero no confundas al enemigo. Si querés que te diga que somos malos, te digo que somos malos. Pero tu enemigo acá en este pueblo es otro.
¿Ustedes tienen claro cuál es el enemigo de ustedes?
Y bueno…
Es un fenómeno medio raro en el mundo, que un partido trotskista como el Partido Obrero tenga tanto crecimiento dentro de Argentina.
Esos son caballos de estatua, no te van a cagar, pero no te van a llevar a ningún lado. No abono en esa teoría. Habiendo peronismo no hace falta que haya un partido trotskista, ni socialista, ni nada. El peronismo condensa todas esas respuestas. El peronismo tiene de todo. Ayer vino uno de la gráfica a hacerme una nota. Era gorila. Me dijo que era de izquierda, y le respondí: “Me estás jodiendo, porque lo disimulás bastante bien”. Me explicó que era del Partido Independiente. “Amigo”, le dije, “vos tenés que estar dentro del Frente y luchar en el Frente”. Uno no se hace puto porque se divorcie de la mujer. Irte a la vereda de enfrente porque no te gusta lo que hay es una tilingada. Vos tenés que quedarte adentro y hacer el soporte para cambiar las cosas desde adentro.
El peronismo no es anticapitalista.
No me hagás muchas preguntas raras.
Decís que la izquierda no se justifica en Argentina, habiendo peronismo.
El capitalismo tiene que ser nacional. Los que vienen a invertir en los ríos y en lo cauces de los ríos argentinos quieren la escritura. Se llevan un porcentaje del negocio, lógico. Pero quieren llevarse todo.
Pero vienen a depredar.
Claro. Y no es así.
Ecológicamente el mundo no se sostiene más. Por todas esas cosas lucha la izquierda, Myriam Bregman y compañeros.
Y después, entre la vida y a muerte, votan en blanco.
Es una cuestión difícil de entender.
Otro que no distingue al enemigo. El Frente Justicialista de Liberación, el FREJULI, en el 73, se hizo con toda la izquierda, Jorge Abelardo Ramos, el Partido Comunista, con todos. Pero no es lo mismo que votar en blanco entre Cristina y Macri. Votá a Cristina y después pegale un boleo en el orto, pero identificá que Macri es tu enemigo.
Pero después hay que denunciar el sistema y no intentar perpetuarlo.
¿Por qué no lo vas a perpetuar, si te fue bien?
Porque no alcanzan los recursos. Para que todos tengan el nivel de vida de las clases acomodadas precisamos seis planetas.
Veremos. ¿Pero por qué vas a quitar derechos?
El cambio climático…
Será otra cosa. Pero no podés decir que no vamos a poder tener autos porque explota el Uruguay. Todo el mundo tiene el derecho a tener un auto.
Pero el planeta no lo sostiene.
Esa es otra discusión. Por ahora el problema es comer. Pero está bien, vayamos pensando. La urgencia es otra.
Pepe dijo que la derecha argentina está convirtiendo a Cristina en una nueva Evita.
No escucho a ningún argentino que hable del Pepe o de Lacalle Pou como ustedes hablan de nosotros.
Tenemos un complejo.
¡Qué mirada constante sobre nosotros!
¡Qué querés, si nos bombardean todos los canales! Vivimos más en Argentina que en Uruguay.
Es un problema de ustedes, no nuestro. Sobre lo que dijo el Pepe, creo que Cristina hoy es la que le ha dado todas las respuestas a la gente, al pueblo. No había choripanes, no había colectivos. Esta vez la derecha no pudo decir nada de las batucadas, las ollas y esas cosas que le molestan. Ese sábado no había nada de eso, era todo de gente como ella. Gente que venía de San Isidro o Caballito, diciendo que venía porque Cristina le había dado derechos. Te juro que no sé de dónde sacó tanta gente. Tengo las redes y trabajo con grupos, y nadie había dicho nada. Nos sorprendió mucho cómo salieron de todos lados. No creí que fuéramos tantos. No daba esa sensación. Creí que éramos tres o cuatro, tres tarados con una patrulla perdida. Y se replicó en todo el país. Me emocionó mucho Córdoba, que durante mucho tiempo fue vilipendiada y apuntada como una hermana traidora. Y ese día Córdoba se manifestó. Se iban a desconcentrar a las ocho de la noche, pero tenían tantas ganas de manifestar que se quedaron un rato más. Se lo merecían. Córdoba ha dado historias y ha metido muertos a rolete, con el Cordobazo y tanta gente.
La Córdoba del Cordobazo se terminó convirtiendo en un puntal de la derecha.
Sí, terrible. También hay como un peronismo sojero que defiende sus intereses y no es tan peronista.
¿Se acabó tu programa de radio?
Me corrí, me fui en marzo. Hice dos películas y ahora en noviembre hago otra. Me dediqué más a actuar.
¿Te aburriste de la radio?
No, es lo más lindo que hay. Lo único que me falta es la gráfica, porque soy bruto para escribir, y porque no he leído mucho. Pero la radio es muy linda. Sinceramente me parece que ya hice lo que había que hacer. Cada tanto aparezco. Estamos en Alerta Movilización. Aparezco en algunos medios nuestros. Pero ya están las cartas dadas. Ya hice el asado. La mesa la pone otro, las ensaladas las preparan las tías.
¿Qué puede esperar la gente de vos en estos shows que vas a hacer? Hablamos de política y nada de lo que vas a hacer. ¿Con qué nos vas a divertir?
Es un espectáculo para cagarse de risa, básicamente, y para contar historias ejercitando una memoria colectiva que no está en YouTube. Es eso. Contar historias que no quedaron registradas, y que a veces el poder ha tratado de hacer olvidar. Se evitan las fechas claves, por ejemplo. Nosotros tenemos fechas claves como el 22 de agosto, el 17 de octubre, el 17 de noviembre, el 1 de julio, el 26 de julio, con hechos trascendentes. El bombardeo de la plaza el 16 de junio. ¿A que ustedes no tuvieron una aviación que un día bombardeó una plaza y mató trescientas personas, hirió otras dos mil y explotó un colectivo lleno de chicos? Y no se sabe el nombre de ninguno de los que manejaba el avión.
Y se refugiaron acá.
Y los hijos capaz están comprando en un shopping en este momento. Y nadie sabe nada. Ustedes no tuvieron eso. Nosotros somos campeones en eso.
¿Pero vas a venir a traer tragedias o a hacer humor?
No, yo les estoy haciendo el favor a ustedes que quieren hablar de esto. Les estoy haciendo una comida y me la escupen, me la mean, hijos de puta (risas).
Me trajeron engañado, me dijeron que iba a ser una entrevista divertida.
La primera pregunta fue qué opino de Cristina. Concha de tu madre. El productor del show se muere. Tenía que vender ochocientas personas en el Metro y no va a vender trescientas.
¿Y cuándo vienen los Midachi?
Somos amigos y estamos todo el día juntos, hablamos, tenemos un WhatsApp, pero ya estamos viejos.
¿En el camarín no había flor de pelotera entre vos y Miguel?
No.
¿Nunca se peleaban políticamente? Eran la antítesis.
No. Somos de antes de que Cristina fuera senadora o Macri fuera presidente.
Pero la grieta ha roto familias y amistades por todos lados.
Como tiene que ser. Para eso está la grieta. No es, como decía mi abuela Josefa, “tengamos la fiesta en paz”. No, no. Si tenemos un tío que le pega a la tía, lo vamos a debatir en Nochebuena, porque si no hablamos de esas cosas, no podemos seguir reuniéndonos. Es lógico que la grieta parta familias. Así tiene que ser. Cuando se habla de vida y de muerte no hay que hacer “sana, sana, colita de rana”. Es una mentira muy fea.
Cuando nombran embajador a Miguel, ¿cómo la amistad se sobrepone a eso? La grieta no afectó esa amistad.
Las peleas no son personales. Tengo cien amigos del PRO. Me reúno todos los viernes a comer en un restorán con gente del PRO, con gente del gobierno de la ciudad.
No está todo el mundo loco, entonces. Porque de acá se ve así.
Otra vez… Ustedes están mirando mucha televisión. El subjefe de oolicía de la ciudad los cagó a palos a los peronistas, y come conmigo una vez cada veinte días.
¿Cocina bien por lo menos?
Vamos a un restorán y charlamos. No es personal. No es ideológico. De hecho, dentro de la legislatura porteña hay gente muy piola. No toda la gente quiere lo peor. Hay gente que no está radicalizada, hay gente con la que se puede charlar. Hay radicales que tienen una historia democrática.
Tenés a López Murphy que dice: “Son ellos o nosotros”.
Y tiene razón. Hoy se ha sincerado todo eso. Antes se decía con eufemismos, hoy se puso sobre la mesa. Son ellos o nosotros, sí. Cuando salís a la calle y la policía te caga a palos, son ellos o nosotros. Y puede ser que pase algo, sí.
¿Vas a venir a hacer murga al Uruguay?
No. Tuve ofrecimientos, sí. Pero no, soy muy respetuoso de la cultura de acá. Me gustaría que Cavani y Suárez me dieran un pase, pero no puedo jugar en la selección.
¿Cómo sale Argentina en el mundial?
Espero que bien, pero me chupa un huevo, yo soy de Colón. Soy sabalero.
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