Hay veces que la agenda mediática se centra en temas irrelevantes.
Y nosotros en VOCES estamos incluidos en las generales de la ley.
En plena pandemia y con una situación económica embromada, con
desempleo alto y amenaza de hambre, se habla de otras cosas.
Dos ejemplos saltan a simple vista durante la semana pasada.
Uno de ellos fue la polémica en torno a los medios públicos.
El “círculo rojo” de la prensa y la política saltó como pelota.
El afán refundacional (“primera vez en 57 años”) que un frustrado
candidato quiso imponer a su nuevo rol de jerarca, puso al rojo vivo,
a las redes sociales y a las redacciones de los medios masivos.
Tiempo atrás un político muy importante, me había comentado con
sorna, que un periodista discurseando en un acto en Durazno: “se
sintió Candeau en el Obelisco”, es decir, se creyó el personaje.
Pienso en todos los jugadores de fútbol que se convirtieron en
directores técnicos, creyendo que su habilidad los hacía aptos.
En comunicación es similar, ser periodista no te hace director.
Lo esencial es la ecuanimidad y en este caso brilla por su ausencia.
Otro ejemplo fueron las declaraciones del presidente sobre el aborto
Salir a agitar que amenazan el derecho de la mujer a decidir sobre
su cuerpo y que peligra la despenalización me suena a tribunero.
Todos sabemos la postura contraria de Lacalle al aborto, y que no
iba a tocar la ley interrupción voluntaria del embarazo aprobada.
Y debo reconocer la coherencia tanto de Tabaré como de Luis.
Uno al vetar el aborto y el otro a respetar la voluntad popular.
Entonces, me parece que se busca dar una pelea que no existe.
Si precisan motivos para movilizarse, yo les busco, pero alcanza
con mirar la realidad existente para encontrar causas justas.
Al gobierno le podemos encontrar muchos errores y suficientes
motivos para criticarlo, sin necesidad de utilizar alguna declaración
desafortunada, para inventar tormentas en un vaso de agua.
Alfredo García