El FA debe ser más movimiento por Ignacio Martínez

Inmediatamente después de la derrota electoral, hicimos aproximaciones al balance. Hoy retomamos el camino franco de la crítica y la autocrítica fraterna.

1-La cúpula del FA acordó hacer estos análisis recién después de las elecciones municipales. Creo que no haber bosquejado lineamientos autocríticos luego de octubre y noviembre, contribuyó a la pérdida de intendencias y municipios.

2-Hubo grupos que dijeron que iban a realizar “nuevas formas de hacer política”, pero asistimos a las mismas rivalidades por cargos y primacías políticas, alejándolos de nosotros. La tan mentada “confianza política” fue en desmedro de la promoción de los y las mejores militantes.

3-No se ponderó a los referentes de cada departamento para que asumieran su conducción local como líderes de todo el FA, volviéndose a apreciar rivalidades por preponderancias de tal o cual grupo.

4-La derecha tuvo como único objetivo estratégico impedir que ganara el FA. Nosotros debimos asumir como objetivo principal detener el avance de la coalición y procurar evitar que triunfara, desafío que advertimos entre octubre y noviembre, consiguiendo un avance formidable gracias a la más genuina militancia frenteamplista, aunque no alcanzó.

5-Designaciones antojadizas y a destiempo, que no obedecieron a las preferencias manifestadas por los votantes del FA, también nos debilitó, sumándose a resoluciones que venían acumulando descontentos, como ocurrió con el veto presidencial a la ley de salud reproductiva o la esencialidad en la enseñanza o las trabas para la investigación del destino de los detenidos desaparecidos, aspectos que desalentaron el ímpetu militante.

6-Hubo dirigentes que manifestaron expresamente que “la alternancia” tal vez no fuera tan mala, dejando abierta a la consideración de un nuevo bipartidismo (FA-Partido Nacional coaligado), que también abonó al desaliento.

7-Los objetivos más sentidos, como la eliminación de la pobreza, no se consiguieron con la contundencia que hubiésemos querido, luego de 15 años de gobierno. Un vecino de un barrio muy pobre me dijo una vez que estaba muy lindo el alumbrado, las plazas, el transporte, el saneamiento y otras mejoras, pero que él seguía viviendo en un rancho de lata.

8-Durante 15 años se fue incrementando el debilitamiento de la orgánica del FA, sin presencia en la escena política, sin movilizaciones, con ausencias importantes de pronunciamientos y definiciones sobre el acontecer nacional, regional y mundial. Ese rol fue progresivamente asumido por sectores sociales que se fueron fortaleciendo, desembocado hoy en una formidable Intersocial, en la alianza de los sindicatos de la industria y en el PIT-CNT cada vez más claro en sus posiciones, quedando el FA relegado a un sitio de poco o nulo protagonismo, sin cumplir con su rol de movilizador, esclarecedor y educador político.

9-El mismo documento borrador que está circulando, deja traslucir un error fundamental cuando dice “Le pedíamos al pueblo uruguayo que defendiera las conquistas que se habían logrado todos estos años, pero la gente no respondió a ese llamado con la fuerza que necesitábamos.”

¿Quién logró las conquistas? ¿Quién necesita la fuerza? Esa frase suena como aquello de “dejame a mí que yo te lo hago”, no invierte en que los protagonistas de las conquistas seamos nosotros. El pueblo en tercera persona nos aleja. Tampoco aporta a la imprescindible apropiación del cambio y al sentido de pertenencia. Esto es parte de la vieja política que debemos modificar.

10-Aprender a escuchar a la gente. Esa capacidad de saber oír se debe dirigir también ahora a la realización del balance que ayude a mejorar al FA. Debemos desplegar la comunicación en todas direcciones, construyendo espacios de prensa, de reflexión y encuentro de opiniones para el fortalecimiento de la nueva opción de izquierda, con legítimos reemplazos generacionales, fortaleciendo alianzas políticas y sociales, combinando acertadamente nuestros objetivos estratégicos fundacionales, con políticas que nos adecuen a los tiempos que corren. Los cambios necesitan que seamos más, pero también mejores, con ideas, plan de acción y programa.

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