¿Fracaso? ¿Sin rumbo? por Ignacio Martínez
No es una cuestión semántica. Creo que debemos ser muy claros cuando nos referimos al rumbo y los planes de este gobierno. Permítanme expresar mis matices con respecto a algunas afirmaciones que han hecho dirigentes del FA en los últimos tiempos.
¿Este Gobierno no tiene rumbo? Lo ha expresado la compañera Carolina Cosse. Lo que, a primera vista, podría compartirse, creo que cae en una generalidad y no reconoce los propósitos claros, precisos y muchas veces enunciados por los más altos voceros de la coalición que, además han venido llevando a la práctica. Veamos.
Más allá de disfraces discursivos, los rumbos trazados por el equipo de gobierno son: beneficiar a los “malla oro”, es decir a las familias agro-exportadores, financieras y especuladoras. Que los números fiscales les den bien, aunque tengan que recortar presupuestos en salud, en educación, en investigación, en compras nacionales, en inversiones, en vivienda, en ayudas sociales. Fabricar un discurso que convenza que todo lo malo se heredó del FA, que la oposición nunca propone nada y que ellos son ejemplo de ética, de crecimiento económico, de apertura al mundo y que habrá que esperar el derrame que beneficiará al pueblo. Que en seguridad estamos muy bien. Que en relaciones internacionales nunca estuvimos mejor.
Hubo desde el principio un plan y un rumbo: sacar al FA del gobierno. Hubo un rumbo para imponer un tipo de gobierno autocrático, centrando en el presidente y en un selecto grupo de auxiliares (Delgado, Arbeleche, Alfie, Heber) en la conducción del país, disminuyendo y desmereciendo la capacidad del Parlamento y de la propia Justicia.
Ahora el rumbo, el plan, es evitar que el FA vuelva al gobierno. No les será fácil. Claro está que nunca hubo rumbos para mejorar la distribución de la riqueza ni para aumentar los salarios y las jubilaciones sumergidas ni para reactivar trabajos dignos ni para construir viviendas ni para atender a los más desposeídos. No hay rumbo para terminar con la pobreza con rostro de niños. Y no los hay porque sencillamente sus rumbos van en otras direcciones: beneficiar a las minorías poderosas del país. Para eso sí hay rumbos.
Con respecto al fracaso que ha anunciado el compañero Fernando Pereira, difícilmente podamos hablar de fracasos de planes que, como digo más arriba, nunca tuvieron ni llevaron adelante. Ahora bien, ¿han fracasado en sus planes originales de sacar al FA del gobierno? Obviamente no. ¿Han fracaso en sus políticas en enriquecimiento? No. Hoy los ricos son más ricos. ¿Se ha detenido la fuga de capitales? Desde las empresas offshore uruguayas, siguen saliendo cientos de millones de dólares de ganancias originadas en Uruguay, para cuentas en el exterior. ¿Cómo está la JUNTEP? Hoy se encuentra prácticamente inoperante porque así lo ha querido este gobierno. Rodolfo Saldain es la cara visible de una reforma jubilatoria que no soluciona el déficit, sino que saca más dinero a los trabajadores en lugar de buscar el financiamiento de la solución por otro lado. A pesar del heroico esfuerzo de nuestro pueblo, la LUC se impuso.
Hablar de fracaso es usar un término que nos puede confundir y nos daría una visión errónea de los que tenemos en la vereda de enfrente. ¡Ah, a propósito! Es cierto, tal vez no sea correcto hablar de “grieta” en nuestro país con la acepción que se le da en Argentina. Lo cierto es que acá tenemos dos distintas y distantes veredas separadas por una amplia avenida por donde va la historia. De lo que se trata es entender los rumbos que lleva este gobierno y cómo entienden ellos sus éxitos y fracasos. Nosotros debemos medir el éxito en las mejoras sustantivas de las condiciones de vida de nuestro pueblo (que a este gente no le interesa) y lograr que la mayor cantidad de compatriotas crucen para este lado, para nuestra acera, con acuerdos, alianzas e ideas. Lo demás será volver al gobierno en el 24 con un programa claro, superando errores, haciendo lo que no hicimos y profundizando lo que hicimos bien en procura de la pública felicidad.
POR MÁS PERIODISMO, APOYÁ VOCES
Nunca negamos nuestra línea editorial, pero tenemos un dogma: la absoluta amplitud para publicar a todos los que piensan diferente. Mantuvimos la independencia de partidos o gobiernos y nunca respondimos a intereses corporativos de ningún tipo de ideología. Hablemos claro, como siempre: necesitamos ayuda para sobrevivir.
Todas las semanas imprimimos 2500 ejemplares y vamos colgando en nuestra web todas las notas que son de libre acceso sin límite. Decenas de miles, nos leen en forma digital cada semana. No vamos a hacer suscripciones ni restringir nuestros contenidos.
Pensamos que el periodismo igual que la libertad, debe ser libre. Y es por eso que lanzamos una campaña de apoyo financiero y esperamos tu aporte solidario.
Si alguna vez te hicimos pensar con una nota, apoyá a VOCES.
Si muchas veces te enojaste con una opinión, apoyá a VOCES.
Si en alguna ocasión te encantó una entrevista, apoyá a VOCES.
Si encontraste algo novedoso en nuestras páginas, apoyá a VOCES
Si creés que la información confiable y el debate de ideas son fundamentales para tener una democracia plena, contá con VOCES.
Sin ti, no es posible el periodismo independiente; contamos contigo.
Conozca aquí las opciones de apoyo.