Hoy más que nunca, Programa por Ignacio Martínez

Nuestra tarea principal es profundizar los cambios. Impedir el retorno de los partidos de la derecha, representantes, en esencia, de la Asociación Rural o la Cámara de Industria o los grandes especuladores financieros, también es parte de esa tarea principal. Mantener bien alta nuestra bandera latinoamericanista y antiimperialista no solamente nos dará el perfil que necesitamos mantener, sino que, además, será parte de nuestra estrategia que incluye a los pueblos hermanos de nuestro continente, garantía esencial de nuestra propia liberación de los agobios de la dependencia y el atraso.

Muchas de nuestras consignas seguirán en las calles. Cantaremos que la lucha “crece desde el pie”. Entonaremos que “de todas partes vienen”.  Tal vez hasta volvamos a decir “a redobla” o “el pueblo unido jamás será vencido”. Pero la consigna que nos está naciendo a muchos frenteamplistas es “El pueblo reclama cumplir con el Programa”.

Parte de ese cumplimiento es acelerar el conjunto de leyes que duermen en cajones del Parlamento y que ahora, con la presencia de la compañera Topolansky en la vicepresidencia, pareciera que se están activando para sanear el escritorio y seguir avanzando. Bien por eso.

Parte de los desafíos es cómo construimos mecanismos para permanecer en el gobierno y seguir avanzando hacia mayor poder, con una participación popular en serio, para alcanzar las transformaciones que repartan mejor la riqueza, para que los esfuerzos que realiza el Uruguay productivo apunten a la justicia social, sin AFAP, con control de los capitales, sin TLC que nos perjudiquen, con sinceridad, honradez y austeridad. (¡Bien también por el estricto control de los viáticos!)

Mucha agua ha pasado bajo los puentes. Hay dos períodos y medio de experiencia nacional y veintisiete años de gestión municipal. Debemos aprender las lecciones de lo hecho. Muchos cambios están en nosotros. La cuotificación en los cargos no sirve. Sirve la consulta permanente al movimiento popular organizado. No podemos parecernos a los que combatimos toda la vida. El centro del cambio está en la gestión y en quiénes gestionan. Sirve que haya mejores salarios, mejores jubilaciones, expropiación de tierra improductiva, más presupuesto para la educación.

Para luchar por los cambios, hay pueblo para rato. Vinimos para quedarnos. Pero si no avanzamos hacia las transformaciones de fondo, gobierno del FA no sé si habrá para rato. La opción de hacer la plancha, de no hacer olas, para nosotros será el hundimiento tarde o temprano. Quedarnos es retroceder. Lo que realmente nos debe diferenciar es el Programa y los principales destinatarios de los cambios que somos nosotros mismos, las grandes mayorías nacionales.

Los revolucionarios, las izquierdas y los progresismos están en la mira en América Latina. Saquemos experiencias de la región. Lo que nos fortalece es cumplir con el Programa, afianzar la alianza político-social organizada y darnos mayor participación en la gestión de gobernar.

Debemos trabajar hacia un gran encuentro social internacional que nos permita construir una alianza político-social programática también a nivel continental. En eso estamos.