Travesuras de un roedor rampante

Desde hace algún tiempo, un ratón grafitero se autorretrata en las paredes de la Ciudad Vieja. Sigiloso, el muy pícaro, al resguardo de la oscuridad de las madrugadas y desafiando la gravedad, trepa hasta alturas inverosímiles para dejar constancia de su presencia en el reino de este mundo.

Aunque considera que tal vez el resultado de la actividad pictórica de este singular creador no sea un dechado de perfección, y que quizá disguste a los guardianes del orden y a los vecinos que se sienten damnificados por ella, el cronista también estima que sus diabluras estéticas le dan un toque de alegría a la vida del barrio más antiguo de la capital.

(Ubicación: Buenos Aires esquina Ituzaingó)

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