Home Cine Nuevo rostro para un viejo, pero no obsoleto, personaje Por Carlos Acevedo
0

Nuevo rostro para un viejo, pero no obsoleto, personaje Por Carlos Acevedo

Nuevo rostro para un viejo, pero no obsoleto, personaje  Por Carlos Acevedo
0

El “hard boiled” o hervido hasta endurecer, si hacemos una traducción más o menos literal, es un casi centenario subgénero policial creado en Estados Unidos a fines de los años veinte. Rompiendo con el paradigma de la intriga decimonónica, presentaba seres de dudosa moral, que se movían en ambientes sórdidos. Phillip Marlowe, uno de sus personajes más reconocidos, retorna a la gran pantalla en “ Marlowe”, filme protagonizado por Liam Neeson y que puede disfrutarse actualmente en las salas cinematográficas de nuestro país.
Si bien pueden encontrarse historias de corte detectivesco ya en el siglo VIII en China, y en Occidente a principios del siglo diecinueve, se considera a Edgar Allan Poe como el padre de la ficción policial moderna. Sin dudas, su Auguste Dupin, sagaz investigador presentado en “Los crímenes de la calle Morgue”, sentó las bases del género e incluso sirvió de inspiración a Arthur Conan Doyle para crear al célebre Sherlock Holmes.
También el gran escritor británico Charles Dickens supo cultivar el estilo con su novela “Casa desolada”, un prototípico ejemplo de “whodunit” o “quién lo hizo”.
Pero fue la escritora inglesa Agatha Christie quien perfeccionó y convirtió en una suerte de arte dicho esquema literario, siendo una de las más prolíficas y exitosas escritoras de intriga. En Estados Unidos, más o menos por las mismas fechas, se estaba cociendo, y nunca mejor dicho, algo muy diferente: el hard boiled, el policial clásico norteamericano, hijo de la post guerra y luego de la crisis económica con la cual culminó la segunda década del siglo veinte.
Su padre indiscutido fue Dashiell Hammett, hombre sufrido, que fue además investigador de la famosa agencia Pinkerton. Su experiencia como detective le permitió luego, acuciado por la tuberculosis, el alcoholismo y con una familia a cuestas, cultivar con éxito la literatura policial.
El indiscutido hogar de este naciente subgénero, cuyo primer investigador insignia fue el duro Sam Spade, creación de Hammett, fue la revista “Black mask”. Allí se publicaban cuentos por entregas, en folletines que valían diez centavos y constituían el mayor consumo cultural popular tanto de Estados Unidos como de muchos otros países, junto con el cine y la radio. Pero el autor que nos ocupa hoy es Raymond Chandler, confeso admirador y, en sus principios, imitador de Hammett.
Dueño de una prosa más pulida y elaborada que la de su mentor, creó en 1934 a Phillip Marlowe, un detective cínico y no tan moralmente ambiguo ni tan violento como Spade, contribuyendo a enriquecer un subgénero en pleno auge. En estas historias se abandona la intriga como eje de la narración. Aquí no hay deducciones brillantes ni destaca la búsqueda de pistas, y la resolución del caso pasa a un segundo plano. Incluso, algunas pesquisas no se resuelven.
En ese contexto, prima la acción, el desarrollo psicológico de los personajes y el retrato de ambientes sórdidos y marginales. Ya no importa tanto ni quién es el autor del crimen ni por qué. El delito es una mera excusa para hurgar en la condición humana y mostrarla en toda su patética desnudez.
Protagonista, en principio, de siete novelas y dos relatos cortos, el personaje fue continuado por otros autores luego de la muerte de su creador. Aunque el propio Chandler hubiera seleccionado a Cary Grant para interpretar en el cine a su hijo literario, fueron otros actores los que dieron vida en la gran pantalla al emblemático investigador privado.
El primero en representarlo fue Dick Powell. El segundo fue Humphrey Bogart, el Marlowe definitivo, el que uno imagina siempre como el rostro del personaje. A estos siguieron Robert Montgomery en “La dama del lago y George Montgomery, en “La ventana siniestra”, en una versión que resulta casi una parodia.
A fines del los años sesenta, Robert Altman intentó un postmoderno acercamiento con “El largo adiós”, y fue Elliot Gould quien encarnó al investigador. La década del setenta deparó dos filmes más inspirados en el célebre detective, protagonizados por un siempre carismático Robert Mitchum.
En “Marlowe”, dirigida por Neil Jordan, le corresponde el turno al actor irlandés Liam Neeson, acompañado de una pléyade de intérpretes entre los cuales destaca la gran Jessica Lange. Desde las opulentas mansiones de Beverly Hills hasta las pensiones y tugurios de la ciudad de Los Ángeles, Phillip Marlowe husmea dejando al descubierto lo más oscuro de la condición humana.
Con una adecuada reconstrucción de época, la película se basa en una de las novelas escritas por uno de los continuadores de la obra de Chandler, lo cual le resta quizá algo de atractivo. Con un guión repleto de giros y vueltas de tuerca, que pueden confundir un poco al espectador, Neeson resulta correcto en su interpretación. Más allá de eventuales consideraciones, los incondicionales de la novela negra de más rancia estirpe podrán disfrutar del retorno de uno de los íconos más clásicos y venerados del policial moderno.

POR MÁS PERIODISMO, APOYÁ VOCES

Nunca negamos nuestra línea editorial, pero tenemos un dogma: la absoluta amplitud para publicar a todos los que piensan diferente. Mantuvimos la independencia de partidos o gobiernos y nunca respondimos a intereses corporativos de ningún tipo de ideología. Hablemos claro, como siempre: necesitamos ayuda para sobrevivir.

Todas las semanas imprimimos 2500 ejemplares y vamos colgando en nuestra web todas las notas que son de libre acceso sin límite. Decenas de miles, nos leen en forma digital cada semana. No vamos a hacer suscripciones ni restringir nuestros contenidos.

Pensamos que el periodismo igual que la libertad, debe ser libre. Y es por eso que lanzamos una campaña de apoyo financiero y esperamos tu aporte solidario.
Si alguna vez te hicimos pensar con una nota, apoyá a VOCES.
Si muchas veces te enojaste con una opinión, apoyá a VOCES.
Si en alguna ocasión te encantó una entrevista, apoyá a VOCES.
Si encontraste algo novedoso en nuestras páginas, apoyá a VOCES
Si creés que la información confiable y el debate de ideas son fundamentales para tener una democracia plena, contá con VOCES.

Sin ti, no es posible el periodismo independiente; contamos contigo. Conozca aquí las opciones de apoyo.

//pagead2.googlesyndication.com/pagead/js/adsbygoogle.js
Semanario Voces Simplemente Voces. Nos interesa el debate de ideas. Ser capaces de generar nuevas líneas de pensamiento para perfeccionar la democracia uruguaya. Somos intransigentes defensores de la libertad de expresión y opinión. No tememos la lucha ideológica, por el contrario nos motiva a aprender más, a estudiar más y a no considerarnos dueños de la verdad.