El 9 de abril cumplió 27 años. Debutó en el cine a los 10. Conquistó legiones de fans cuando interpretó a Bella Swan en la saga Crepúsculo, y a partir de entonces se ha desmarcado del cine mainstream en beneficio de apuestas artísticas independientes y riesgosas. A su vez, no deja de darle alimento a la prensa amarillista. Kristen Stewart es una joven muy polémica que pese a su corta edad posee un currículum envidiable.
PERFILES. Kristen está en el cine desde que nació, porque su padre John Stewart es productor de la cadena Fox, y su madre Jules es libretista, montajista y cineasta. Quizás por eso no le costó debutar en 2000 en una peliculita sin importancia, Los Picapiedras en Las Vegas. A partir de entonces, paso a paso y sin descansarse en papá y mamá, comenzó a hacerse un hueco y ascender hasta llegar a ese mediático y descerebrado Everest que fueron los cinco títulos de la saga Crepúsculo (2008-2012). “Hasta ese momento había visto siempre a Hollywood como algo sin glamour”, declaró entonces: “Lo veía desde el lado de las personas que trabajan como una más del equipo que hace posible la magia”. Pero a partir de la saga vampírica su imagen subió como la espuma, y así llegaron la fama universal y las portadas, las labores como modelo para Balenciaga y Chanel, el sonado romance con Robert Pattinson y el escándalo de su infidelidad con el cineasta (casado) Rupert Sanders. Ese fue sin duda el momento más grave de su vida porque, siguiendo los parámetros de la falsa moralidad que maneja Hollywood, su paso en falso pudo haberle costado la carrera. Sin embargo la realidad fue muy diferente: comenzó a ser requerida por cineastas más intelectuales, encaró sus labores “a golpes de inspiración”, como ella misma las define, y en el plano privado ha descubierto su personal panacea en el homosexualismo. Nada de esto es nuevo en Hollywood, sólo que ahora todo se habla a voz en cuello, a diferencia de las doradas épocas de Greta Garbo, Marlene Dietrich, Janet Gaynor o Claudette Colbert, que obligadas por los magnates del cine hacían lo mismo que Kristen… pero bajo un manto de silencio.
Y es aquí donde hay que formularse una pregunta fundamental: ¿fue bueno o malo para Kristen el “efecto Crepúsculo”? Por una parte, la convirtió en multimillonaria: si administra bien el dinero que ganó tiene para subsistir un par de vidas. Y la convirtió en uno de los máximos ídolos femeninos de la juventud, junto a Jennifer Lawrence y Emma Watson. Pero ese éxito personal comporta un riesgo enorme: el de desvirtuar, o elevar demasiado rápidamente, su progreso como diva talentosa. Emma Watson parece sentirse segura dentro del mainstream, por eso pasó de Harry Potter a Noé y La bella y la bestia como si nada, mientras su única apuesta independiente fue un gran fracaso (Adoro la fama, título que parecería definirla). Jennifer Lawrence en cambio navegó a dos aguas: de Los juegos del hambre y X-Men aterrizó en varios films semi-serios, semi-independientes y semi-talentosos dirigidos por el sobrevalorado David O. Russell, y aunque por uno de ellos ganó el Oscar, hoy se la ve indecisa, desnorteada, indefinible. Por eso, pese a lo peligroso del “efecto Crepúsculo”, Kristen parece más firme en sus empeños de superación. Quizás haya aprendido la lección de Leonardo DiCaprio…
PARALELO. La mención de Leo no es caprichosa. Hay un claro paralelismo entre su carrera y la de Kristen. Leo comenzó siendo un muy buen actor adolescente en películas serias e independientes (Mi vida como hijo, ¿A quién ama Gilbert Grape?, El fuego y la sombra, Reencuentro), pero luego se subió al Titanic, padeció sus efectos, se convirtió en millonario, fue asediado por flashes y romances, y no supo elegir buenas películas. Pero tuvo suerte, y cinco años después se topó con Martin Scorsese, que dio el puntapié inicial para salvar una carrera que parecía a punto de irse a pique.
Durante diez años con Kristen pasó algo similar. A los once años rodó junto a Glenn Close el drama intimista La seguridad de los objetos, y a los doce se lució como hija de Jodie Foster en La habitación del pánico de David Fincher. Después, en medio de algunos bodrios, logró un rotundo éxito con su episódico personaje en la notable Hacia rutas salvajes de Sean Penn, no estrenada en Montevideo, que contiene una de sus dos labores más convincentes. Allí, al igual que en Malos muchachos de Barry Levinson y El pañuelo amarillo (tampoco exhibidas en Uruguay), tuvo la inteligencia o el instinto de condicionar su belleza atípica a un cine de bajo presupuesto, en lugar de explotar su costado sexy, que podía haberla ayudado a escalar posiciones más fácilmente.
Seguramente debido a esas labores fue requerida para interpretar a Bella Swan en la saga vampírica, mientras se enfrentó a Charlize Theron en Blancanieves y el cazador. De esa película salió perdiendo por todos lados, pero se ve que recapacitó, porque no necesitó de ningún Scorsese para resucitar. Intervino en la lograda adaptación de Walter Salles de la novela de Jack Kerouac En el camino, luego se tomó dos años sabáticos y volvió en 2014 con Camp X-Ray, un film valiente y cuestionador donde compuso a una joven del ejército enviada a Guantánamo, que entablaba amistad con un prisionero y terminaba renegando de los métodos empleados por su país en ese infierno. Era Bella Swan contra el Sistema, y no perdió el tiempo: en ese mismo año fue la secretaria de Juliette Binoche en El otro lado del éxito de Olivier Assayas, y la hija de Julianne Moore en el drama sobre el Alzheimer Siempre Alice. Hace unos meses la vimos en Café Society de Woody Allen y actualmente está en cartelera en Crímenes y virtudes, donde sus dos únicas escenas (diez minutos) son lo mejor del film. También acabamos de verla en el Festival de Cinemateca en Personal Shopper de Olivier Assayas, historia talentosa e inquietante con excelente labor de Kristen, que sostiene sobre sus hombros todo el peso de ese film perturbador.
FLASHES. Kristen es extraña, habla bajo y hasta hace poco era muy introvertida, pero parece que se cansó de asumir ese rol pasivo y permitir que su vida personal diera más que hablar que su trabajo. Por eso empezó a abrir la boca y aclaró algunas cosas: “En mi relación con Pattinson me sentí confundida y enormemente presionada. Me seguían a todos lados, lo público era el enemigo y esa no era manera de vivir. Ahora me he dado cuenta de quién soy y no tengo que seguir luchando. Todo cambió cuando empecé a salir con chicas. Me di cuenta que si lo ocultaba era como estar avergonzada de lo que tenía, así que empecé a mostrarme en público, abrí mi vida y soy mucho más feliz”. También arremetió contra Donald Trump, que en su Twitter la insultó porque engañó a Pattinson: “Muchas artistas han hecho las cosas bien. La mejor es Kristen Stewart, que obtuvo su carrera por ser capaz de jugar con las bolas de los directores”. En el programa Saturday Night Live, mirando fijo a la cámara, Kristen respondió: “Sé que el presidente probablemente me esté viendo, y me consta que no le caigo bien, pero quiero que sepa que no jugué con lo que dice, ¡porque soy TAN lesbiana!…”.
¿Es buena actriz Kristen Stewart? Aún es pronto para afirmarlo con rotundidad. Pero no hay duda que va por más, que tiene inteligencia y es sensata para elegir directores y papeles que la eleven en calidad: “Lo peor es que te encierres en un estereotipo, o que hagas de todo. Yo elijo el cine donde la gente se junta para contar historias valiosas. Es lo que haré de ahora en adelante”. Mientras tanto, sigue dando que hablar: ahora es un boom en las redes sociales porque se rapó y el poco pelo que se dejó lo tiñó de amarillo. Seguramente pasará muchos años haciendo cine y causando conmociones, haga lo que haga y dondequiera que vaya.
POR MÁS PERIODISMO, APOYÁ VOCES
Nunca negamos nuestra línea editorial, pero tenemos un dogma: la absoluta amplitud para publicar a todos los que piensan diferente. Mantuvimos la independencia de partidos o gobiernos y nunca respondimos a intereses corporativos de ningún tipo de ideología. Hablemos claro, como siempre: necesitamos ayuda para sobrevivir.
Todas las semanas imprimimos 2500 ejemplares y vamos colgando en nuestra web todas las notas que son de libre acceso sin límite. Decenas de miles, nos leen en forma digital cada semana. No vamos a hacer suscripciones ni restringir nuestros contenidos.
Pensamos que el periodismo igual que la libertad, debe ser libre. Y es por eso que lanzamos una campaña de apoyo financiero y esperamos tu aporte solidario.
Si alguna vez te hicimos pensar con una nota, apoyá a VOCES.
Si muchas veces te enojaste con una opinión, apoyá a VOCES.
Si en alguna ocasión te encantó una entrevista, apoyá a VOCES.
Si encontraste algo novedoso en nuestras páginas, apoyá a VOCES
Si creés que la información confiable y el debate de ideas son fundamentales para tener una democracia plena, contá con VOCES.
Sin ti, no es posible el periodismo independiente; contamos contigo.
Conozca aquí las opciones de apoyo.