Los finlandeses, los futbolistas y los Fernández

El acuerdo difundido la semana pasada entre UPM y el gobierno generó revuelo.

Muchos aplaudieron enloquecidos y otros tantos se vieron venir el apocalipsis.

Las visiones tremendistas apuntan a que poco menos que nos volvemos una colonia

de los sátrapas de Helsinski que van a decidir todo en la antigua patria de Artigas.

Desde la legislación laboral a los planes de enseñanza pasando por el control del

ferrocarril, el puerto, las carreteras y el medio ambiente del impoluto Río Negro.

La pucha, los finlandeses que se nos vienen, que se nos vienen, cantaría Zitarrosa.

Y además nos obligan a gastar un montón de guita y después dirán si se instalan.

Como guion de una conspiración de una malvada potencia imperialista, pinta bien.

Ahora, estamos hablando de Finlandia, un país que hasta no hace mucho tiempo atrás era el

Paraguay de Europa y  una empresa que ya tiene una planta y tierras en nuestro país.

Y a juzgar por los resultados,  ni nos esclavizaron ni Fray Bentos es el desierto del Sahara.

Yo tengo confianza en los muchachos del Sunca y en algunos compañeros del gobierno.

 

En otro orden de cosas se resolvió aparentemente el conflicto en la mutual de jugadores.

Una multitudinaria asamblea marcó su firme postura y el MEC por fin decidió intervenir.

Que se resuelva democráticamente siempre es sano y el futbol no debería ser una excepción.

Las camarillas dirigentes que van en contra de la voluntad de la gente deberían ser extirpadas.

 

El carnaval uruguayo tuvo su avant premier esta semana, pero no se confunda, no fue en el

Teatro de Verano, fue en la comisión investigadora sobre financiación de los partidos políticos.

Hasta el parlamento llego  a declarar el “desaparecido”  Alberto Fernández, ex dueño de Fripur

El sainete que montó este señor fue increíble, entre su amnesia temporal, su desconocimiento

de la economía de la empresa, su voluntad caritativa con los pobres, su férrea convicción

frenteamplista y su enorme adoración por el Pepe, el show de stand up fue digno de un Oscar.

Si tenemos que abrazarnos con culebras de una burguesía nacional de esta calaña más vale

agarrarse a las  astas de los renos de las multinacionales nórdicas que por lo menos tienen algo

de respeto por el medio ambiente, los derechos de los trabajadores y son más transparentes.

Alfredo García