Primero fue la exfiscal Gabriela Fossati, del Partido Nacional, adherente de Raffo. “Si mañana vienen a buscar mi teléfono, lo piso y lo rompo bien” para que no se me descubra nada, colijo yo de lo que ella dijo. Luego asintió el precandidato Andrés Ojeda. “100% de acuerdo”, hacienda coalición con Fossati.
Como ya es público, todo esto es parte del abultado expediente de Alejandro Astesiano, condenado a cuatro años y medio de prisión y de quien Fossati fue la fiscal. Ella, en su momento, había ordenado investigar el celular del ahora detenido, pero expresamente mandó excluir las conversaciones que éste hubiera tenido con el presidente Lacalle Pou. Qué extraño. ¿Por qué? ¿Qué contenido tienen esas conversaciones entre el jefe de seguridad presidencial y su jefe inmediato, el mismísimo presidente?
¿Se le debe ocultar información a la Justicia tal como sugieren Fossati y Ojeda? La coalición hace cortocircuito en este tema. Gurméndez afirma que no. Ache tampoco coincide. ¿Por qué Sanguinetti, hasta este momento, no ha opinado de este asunto? Tampoco Manini. ¿Qué ha determinado que Lacalle Pou se haya mostrado tan nervioso e irascible en una improvisada ronda de prensa ante las preguntas y afirmaciones del periodista Diego Martini?
Lo que está claro es que se deberá estudiar sin límites el celular de Astesiano desde el comienzo de su utilización como jefe de seguridad. Para ello hay que invertir dinero para contratar empresas extranjeras que están técnicamente en condiciones de hacerlo. ¿Alguien tiene dudas de que hay que hacerlo?
En otro orden quisieron comprometer al presidente del PIT-CNT, Marcelo Abdala. Está claro que hubo un espionaje a dicho dirigente, como también se espió a Charles Carrera y a Mario Bergara, senadores ambos.
¿Estamos volviendo al espionaje en democracia? ¿Se oculta información a la Justicia? Además de capturar chats, ¿no habrá que capturar a alguien más o al menos citarlo a declarar ya que hasta el mismo presidente se ha mostrado dispuesto a concurrir?
Y en otro tono, senadora Bianchi, señor García, precandidato Delgado, ¿quiénes son los que no tienen autoridad moral para hablar de ética y de conducta democrática y republicana luego de saber sobre todos estos asuntos oscuros que debilitan la democracia y el espíritu republicano?
Lo que sí puedo afirmar es lo que dice el periodista Lucas Silva en la tapa de su libro El caso Astesiano, de Sudamericana, que recomendamos leer: una trama de espionaje y corrupción en le Torre Ejecutiva que muy poco dista de poder aseverarse que eso ocurre desde presidencia de la República. Con la verdad, señores, ni ofendo ni temo.