Gajes del oficio

Había imaginado muchas historias –quizá demasiadas– acerca del bestiario que habita en ciertas puertas antiguas de Montevideo. En aquellas narraciones, esos seres de fábula cobraban vida y, en no pocas oportunidades, se ponían agresivos. Lo que nunca pensó fue que, en algún momento, la pasión por contarlas le iba a pasar factura.
La reunión era importante. Le habían dicho que el timbre no funcionaba, pero que golpeara y vendrían a abrirle. Llegó con tiempo. Y, aunque, nada más ver el llamador, trató de convencerse de que allí no había ningún peligro, al cabo de unos instantes, se vio obligado a reconocer que le faltaba el valor para estirar la mano y hacer lo que debía. Entonces, domeñado por aquel temor irracional a que el león y sus dos monstruosos adláteres lo tomaran por un ser hostil y lo atacaran, se dio media vuelta y regresó por donde había venido.
(Ubicación: Bartolomé Mitre 1309)