De los pensiles soñados
Al herrero-alquimista de la Ciudad Vieja le habían encomendado algo en apariencia sencillo: un tirador para abrir y cerrar la puerta. La única condición que le pusieron era que lo decorase con motivos vegetales y flores. Como en cada una de sus obras, fue más allá del encargo. Trabajó el metal con amor, con pasión, […]